El posible encuentro con otras organizaciones políticas y sociales es aún un debate abierto dentro del Nuevo Espacio, dice Delcanto. Y agrega, en esta línea, numerosos compañeros de la provincia creemos que debe confluirse con fuerzas que permitan disputar realmente el poder en Entre Ríos, y a su vez esta propuesta debe levantar el compromiso de apostar al fortalecimiento y profundización de un proyecto nacional que hoy intenta diseñar Néstor Kirchner.
La posibilidad cierta de enfrentar y superar al bustismo exige del encuentro con agrupaciones con poder territorial y representación social en serio, y en este escenario las conversaciones con Solanas adquieren un valor sustantivo.
La militancia de gran parte del Nuevo Espacio, del Movimiento Evita, y dirigentes como Lidia Nogueira y Daniel Irigoyen, comparten la necesidad de ofrecerle a Entre Ríos una propuesta que agrupe a vastos sectores del peronismo, organizaciones sociales, vecinalistas, y miembros de la Concertación que, con voluntad de poder y generosidad, se dispongan a la construcción de una provincia como hace décadas no tenemos.
Bajo esta perspectiva debemos tener la suficiente lucidez y desprendimiento para saber ubicar los nombres correctos que requiere cada oportunidad. Así como en Gualeguaychú se aspira a la candidatura a intendente de Luis Leissa, quien corporiza una idea colectiva, en la provincia tenemos la obligación de poder cerrar en un nombre la encarnadura de la disputa política para desplazar definitivamente la mediocre rotación Busti-Montiel-Montiel-Busti.
Sabemos que la concreción de un acuerdo profundo de distintas fuerzas políticas y sociales no es sencillo ni tarea de pocos días. Pero también sabemos que al oficialismo del PJ expresado en Busti-Uribarri esta posibilidad los desespera. De hecho –algo que es una verdad a gritos– adelantaron las elecciones con el único propósito de asfixiar todo margen de tiempo que permitiera el armado de una alternativa opositora. Es aquí donde debemos probar nuestra inteligencia; lo que nos falta de tiempo debemos suplirlo con desprendimientos personales, y más allá de algunos costados diferentes, debemos reconocernos como organizaciones con el mismo sueño por una provincia donde la justicia social sea una realidad en el gobierno y no un aviso publicitario, y donde la suerte de la nación sea nuestra suerte y no un terreno ajeno o de ejercicio teórico.