Ordenaron reconstruir el ataque policial contra los seis jóvenes

La jueza Marcela Badano ya tiene a su disposición las pericias que determinaron que ocho de las armas habían sido disparadas, pero ninguno de los nueve efectivos dio positivo en la prueba de dermotest. El resultado negativo de la prueba de parafina llamó la atención de los investigadores, que sospechan que por error o negligencia del perito la prueba no se realizó en el lugar del hecho, como corresponde, sino en la comisaría 12ª. Los efectivos involucrados no fueron esposados, como es habitual, y esto posibilitó que pudieran haberse lavado las manos para eliminar los rastros de pólvora.
La magistrada llevaba adelante una de las causas más complejas de 2006 en lo que a recolección de pruebas se refiere, teniendo en cuenta que los habituales auxiliares de la Justicia ahora deben investigar a sus colegas.
Entre las pruebas resta ahora comparar las balas extraídas del vehículo con las armas secuestradas, y así determinar fehacientemente las responsabilidades de cada uno de los efectivos que tras el hecho fueron pasados a disponibilidad por el jefe de la fuerza, Héctor Massuh.
Fuentes judiciales adelantaron que será muy difícil que esta pericia pueda demostrar de qué armas partieron los proyectiles. Las mismas fuentes se preguntaron irónicamente “¿dónde están las balas que pegaron en la parte trasera del automóvil?”. Acerca de la posibilidad de que el vehículo haya sido movido del lugar, se indició que “el croquis de Criminalística no está hecho a escala y esto hace dudar a las víctimas, pero las fotos son claras y el auto no se movió. Esta es una de las pocas pruebas confiables que se han realizado”.

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