Elena Ostrovsky, secretaría de Salud durante la primera intendencia de Cresto, señalaba en 1998 sus objeciones respecto de la prolongación del hospital Heras como nosocomio de nivel seis: “Mi opinión es que la ubicación geográfica no es la adecuada; es un hospital de 1882 que por más refacciones que se le hagan necesitan una redistribución y un equipamiento totalmente distintos”.
Además, explicaba que “hay datos que avalan que para el año 2000 vamos a necesitar 500 camas, y en este momento tenemos 300”. La titular de Salud también señalaba que las enfermedades crónicas como los tumores o infectocontagiosas o la cardiovasculares, “necesitan un espacio adecuado que en este momento no lo tienen”.
El ahora senador provincial, Héctor “Tito” Strassera, concejal en ese entonces y director del Heras en ese entonces, ahora senador provincial, señalaba que la “accesibilidad al Heras no es la óptima. El hospital está sobre el río y la ciudad ha crecido hacia el norte”. Abonaba sus argumentaciones con datos estadísticos. “El 80 % de las consultas provienen de las zonas noroeste, noreste y centro norte de la ciudad”.
Además, citaba el abarrotamiento de camas en ciertas épocas como otra razón válida para construir un nuevo nosocomio. “Si usted camina el hospital va a haber que la distribución de camas es en cuadras, con camas una al lado de la otra, y de acuerdo a la prevalencia de patologías, había momentos que estaba atestados, con camas hasta en los pasillos”, decía.
Alberto Rotman se preguntaba en es mismo momento sobre las razones de la construcción de un nuevo centro asistencial. “Yo no he escuchado a ningún funcionario de Salud que me diga para que queremos un hospital nuevo”. También decía en esa misma época que en los hospitales, “no por viejos o nuevos se dan buenas medicina. El alma, el núcleo del hospital, no son las paredes sino lo que hay adentro. Hay hospitales que tienen 200 años y dan excelentes medicinas. Un ejemplos es el del Instituto de Investigaciones Médicas de Buenos Aires, que tiene más de 100 años”.
“Hubiese gastado dos o tres millones en éste”
Una carta escrita por vecinos y empleados del Heras, durante una asamblea llevada a cabo en 2000 en la Gruta de Lourdes, fue leída por al ex-concejal Mónica Berthet y decía: “ha trascendido que al hospital Felipe Heras se lo va a desmantelar. Estamos totalmente en contra, no queremos que se nos toque ni una jeringa, nada de nada, porque el hospital Felipe Heras es nuestro”.
El director del Heras en aquel entonces, Miguel Angel Nicola, señalaba en esa reunión: “si nos preguntan a quienes tenemos una historia de salud hospitalaria en Concordia, porque trabajé toda mi vida en este hospital y acá voy a terminar jubilándome, tenemos que discutir que es lo que se puede dejar acá para la atención inmediata de la gente de la zona”. Inmediatamente después, decía: “esto no puede ser una sala de primeros auxilios, acá tiene que quedar un centro de salud con camas de internación y los servicios primarios”.
Incola, dijo también que si le hubiese preguntado: “no hubiéramos dicho que gasten 30 millones en un nuevo hospital. Personalmente, y aunque esto suene feo, hubiese gastado dos o tres millones en este que hacen falta”, argumentaba.
Nicola aseguraba que el gobierno de Montiel había decidido no cerrar el Heras, porque había decidido cambiar el techo de una de las salas. “Para que se va a arreglar algo que se va a desmantelar”. En cambio, explicó que algunos servicios sí se iban a trasladar porque tecnológicamente el Masvernat era superior. Pero además, ensayaba una explicación singular sobre el futuro del Heras. “¿Porqué al hospital nuevo no se lo llamó hospital Heras? Es porque, evidentemente, cuando se elige otro nombre es porque esta estructura, de alguna manera, está pensado que va a seguir en pie”.
Centro de Salud y conglomerado de oficinas públicas
Un poco más acá en el tiempo, en julio de 2001, Rotman, secretario de Salud en ese momento de la gestión Montiel, expresaba sus planes respecto de la estructura del Heras.
“Tenemos la capacidad que queda es enorme y entonces, como toda casa que cierra se nos va a deteriorar. Habíamos planteado que se trasladen ahí todas las oficinas provinciales; acá se pagan de $ 20.000 a $ 30.000; cuando hay casas que se pueden alquilar por $ 200 o $ 300 se están pagando $ 1600”, decía.
Teniendo antecedentes cercanos sobre barrios que languidecieron luego de extinguida la fuente sobre la que florecieron, como el ferrocarril, señalaba: “ese barrio está fatídicamente predestinado a morir, como el de la Estación (Central)”.
Rotman también apuntaba al papel de los vecinos, a quienes les endilgaba una actitud zigzagueante sobre el tema. Tenía en su poder una nota firmada por ellos a fines de la segunda gobernación de Busti; la Directora del Heras en aquel entonces, Patricia Ledo; el ministro de Salud en ese momento, Eduardo Drewanz, y el ex-senador Eduardo Cinto. En el papel, el gobierno y los vecinos acordaban en transformar al nosocomio en un Centro de Salud con 50 camas para enfermos crónicos. “Lo que estuve leyendo es mucho menor a lo que pensamos dejar, con las especialidades”.
Rotman estaba de acuerdo en dejar un Centro de Salud. “Pero no vamos a aceptar que la misma gente que aceptó en ese momento que quede un centro de Salud, hoy que están en la oposición nos exijan que dejemos dos hospitales porque no van a alcanzar las camas”, señalaba.
El secretario de Salud expresaba que “las camas van a alcanzar”. “Que sepan que el hospital Heras está trabajando a un 76 % de capacidad de internación ocupada, que es altísimo. El hospital Carrillo está trabajando a un 50 % de ocupación. Si esa ocupación histórica la trasladamos al Masvernat, no digo que vamos a tener camas de sobra para cubrir la demanda no sólo de la ciudad sino, como va a hacer hospital de referencia, vamos a poder cubrir lo que nos manden de otras localidades”, agregaba.
El abrazo simbólico
La historia reciente es más conocida. En abril de 2005, 150 personas, entre vecinos, sindicalistas y militantes del MTL y la FTV, realizaron una abrazo simbólico al Heras y al Carrillo reclamando su cierre.
Jorge López, vecinalista del barrio María Goretti, criticaba a los ministros de Gobierno y Salud, Sergio Urribarri y Graciela Degani en ese momento, quienes habían señalado que iban a realizar un relevamiento ante escribano público “para garantizar que lo que queda en los hospitales Felipe Heras y Carrillo no se desvíe”. El vecinalista aseguró: “no necesitamos escribanos que registran lo que hay dentro del hospital. Necesitamos médicos para que atiendan. Los escribanos los guarden para que lo registren a ellos para ver lo que tienen cuando entra y cuando salen”. La solución, para López, es “afectar el 5 % de los excedentes de la Cafesg y con eso pueden seguir manteniendo el presupuesto de estos dos hospitales y seguir abiertos los 3 hospitales”.
Durante el transcurso de la semana, un delegado del Heras, José Costen, aseguró a la prensa que realizaron asambleas con vecinos del ex-Aeroclub, María Goretti, Tiro Federal. “La gente está esperando que organicemos para venir al hospital a protestar”, dijo, quien pronosticó que en 20 días se realizará una marcha.
El delegado aseguró que el hospital tiene una zona de cobertura que abarca 50.000 personas distribuidas en la zona sur de la ciudad y desde boulevard San Lorenzo hacia el sur. Luego expresó que la demanda, a pesar de la existencia del Masvernat, sigue siendo importante. “Mucha gente va, se dan 12.000 recetas mensuales; a la guardia a veces van 70 u 80 personas por día”, precisó. En el área de Salud Mental, hay 30 camas ocupadas; en Fisiología, 15; y en Clínica, 25 más. “Ahí tenés ya 70 camas ocupadas”.
“Esto va camino de convertirse en un centro de salud pero con poca atención; estamos hablando que no hay pediatra, no hay traumatólogo. Ni para centro de salud va a servir eso porque los médicos no quieren venir”, finalizó. El delegado reveló que hace 15 días que no asiste el traumatólogo, tampoco hay pediatra y un sólo medico debe hacerse cargo de la guardia y las salas de internación.
Un día después, el propio director del Heras, Joaquín Llane, había asegurado a Diario El Sol que era veraz la información sobre el resentimiento de ciertos servicios característicos del nivel 6. “Seguiría existiendo la guardia, los consultorios externos y especialidades, más el resto de los servicios vinculados a los pacientes crónicos»
Más adelante, el director del Heras explicó que “desde lo económico no se pueden mantener dos hospitales de nivel 6, cuando los servicios no están acá y no se cuenta con los recursos humanos para ello. Por suerte, el Masvernat está conteniendo la demanda, que es alta, y desde aquí se colabora”.
Sin embargo, el propio Secretario de Salud de la provincia, José María Legascue, hizo otro aporte la confusión e incertidumbre al desmentir al propio director del Heras al declarar el jueves de esta semana que son infundados los temores de convalidar el decreto de la gestión de Montiel en la cual “se disponía que una vez producido el traslado del Heras al Masvernat, éste bajaba a un nivel 4. Nosotros no coincidimos con esa política y estamos haciendo todas las gestiones para que quede debidamente consignado, en breve, que el Hospital ‘Heras’ mantiene su categoría, independientemente de que ya no se trate de un Hospital de agudos”.