Montenegro, docente y miembro de la Unesco, fundamentó su posición en el escaso tiempo previsto para la discusión en todo el país. “Se llega al debate sin lecturas de material previo porque las cartillas del Ministerio, con los elementos básicos del anteproyecto de ley, estuvo sobre la hora o, incluso, en algunas escuelas no llegó”, expresó.
La diputada, vicepresidenta de la Comisión de Educación de la Cámara baja, agregó que se pretende debatir la escuela pública “en un día sin cotejo con otros documentos y en base a ejes muy amplios con los que nadie puede disentir y que deberían estar incluidos en cualquier ley”.
En cambio, sembró algunos interrogantes cuyas respuestas hasta ahora no están previstas: “¿cómo se van a concretar esos principios?, ¿quién garantiza el derecho a la educación? ¿cómo se va a financiar?, ¿qué sucede con la escuela técnica que tiene su ley particular y no es contemplada?”.
Aseguró que, en este marco, hubo lugares en los que se aprobó el documento “sin mayor debate, sin disensos, sin aportes”. Montenegro reveló una sospecha sobre el procedimiento: “ya hay una ley para aprobar y se la disfraza con este debate para legitimarla”, dijo.
Por otro lado, y con relación al texto remitido por el Ministerio, cuestionó, además, el concepto de “productividad”, asociado a la educación pública. “Percibimos que se sigue utilizando terminología neoliberal que tiene más que ver con el Banco Mundial que con un proyecto nacional”, interpretó Montenegro que se manifestó en contra de “educar en función de aumentar la producción de las empresas, para mano de obra, y no para mejorar al ser humano, para adquirir valores, para ser mejor ciudadano”.