Los asambleístas manifestaron su adhesión al gran movimiento organizado por el Grupo de Defensa del Itata y la Fundación OCEANA (Chile), quienes se oponen a la puesta en funcionamiento de una planta de celulosa en el valle del Itata, de similares características a la que ya está funcionando en Valdivia, y que provocó la destrucción del Santuario del Río Cruces, con la conocida desaparición de los Cisnes de Cuello Negro.
Simultáneamente, el Cuartel de Bomberos Voluntarios, hizo sonar sus sirenas y los vecinos que no pudieron concurrir a la concentración, tocaron bocinas e hicieron sonar cacerolas.
En ese documento, se insiste en que “somos concientes de que el tiempo apremia, pero también valoramos la importancia de una gran movilización nacional, para continuar diciendo que no aceptamos el modelo de desarrollo que quieren imponernos, no aceptamos la destrucción masiva y sistemática que estas industrias quieren imponer en nuestra región, ni resignamos nuestro futuro en manos extranjeras…que llevan la muerte a su paso, y que ponen en peligro el futuro de las generaciones que vendrán”.
