Para Rogel, “las mayores responsabilidades son siempre de quien gobierna” y, en este caso, “el oficialismo no consiguió el consenso que se necesita de las mayorías y no pudo convencer a otros sectores”. “Somos reformistas pero ahora no están dadas las garantías para modificar la Carta Magna”, sostuvo.
Tras la decisión de la Cámara de Diputados de rechazar los proyectos que declaraban la necesidad de la reforma de la Constitución, Rogel explicó las razones del fracaso.
“El radicalismo prácticamente era un convidado de piedra en esta sesión, puesto que ya se conocía la posición institucional de nuestro bloque desde la sesión del 23 de noviembre de 2005”, comenzó expresando Rogel.
En este sentido, dijo que “para nosotros esta sesión significó un trámite donde acudimos a ratificar nuestros conceptos, ya que incluso el propio Gobernador había dado por concluida la posibilidad de que se reforme la Constitución”.
Asimismo expresó que “la democracia tiene sus reglas de juego y cada sector uno representa sus intereses. Nosotros representamos los intereses de la Unión Cívica Radical y cumplimos los mandatos políticos que el interés general de nuestro partido nos indica”.
Para Rogel, “hay que sacarle el dramatismo a esta cuestión: ha habido seis gobiernos y seis intentos de reformar la Constitución, por lo que no se puede poner el dramatismo sólo en el rechazo de la sesión de hoy a la reforma. Creo que todo esto se resolvió en los términos de lo que significa la democracia”.
“Evidentemente algo está pasando para que semejante tema no se haya podido llevar a adelante. Me parece que el error consiste en tratar de responsabilizar a la UCR y decir que esto no salió por culpa del radicalismo. Las mayores responsabilidades son siempre de quien gobierna”.
“El oficialismo no consiguió el consenso de las mayorías que se necesitan. Además de la UCR había otros bloques para convencer y no lo pudieron hacer”, señaló Rogel, al tiempo que añadió: “No es justo responsabilizar a la UCR por el fracaso de la reforma”.
Por último, el Diputado dijo que “nos queda el sabor amargo porque hay cosas que se deben reformar, pero si no están dadas las garantías necesarias, creo que no hay que hacer de esto una dramatización”.