Al parecer, se habrían presentado fuera de los plazos establecidos y estarían relacionadas con testimonios e informes que aseguran que las industrias procesadoras de celulosa no serían contaminantes.
Conocida la situación, Argentina hizo su queja formal a la incorporación de esos documentos por parte del vecino país. “Argentina presentará una queja formal ante el Tribunal Internacional de Justicia porque Uruguay agregó un anexo a última hora sin copia”, dijo la jefa de la delegación argentina, Susana Ruiz Cerutti.
Según indicó la consejera legal de la Cancillería Argentina Cerrutti, el Uruguay, fuera de término, presentó un anexo sin copia, lo que está prohibido en el proceso de alegatos.
Mientras se espera la resolución de la Corte, los vecinos de Gualeguaychú se mantienen en estado de asamblea permanente y atentos a las noticias que llegan de la otra orilla del río Uruguay, como por ejemplo el que hizo la firma finlandesa que está a punto de concluir con las obras de la primera fase de la planta.
CRUCES
Por ahora, desde ambos lados del río se pide “prudencia”, “calma y tranquilidad”, pero el conflicto de las pasteras lejos está de ser un tema proscripto en los discursos políticos, tal es el caso del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca uruguayo, José Mujica, que cree que el pleito se soluciona con la instalación de dos plantas en Entre Ríos, lo que permitiría —según su visión—“unir la contradicción” y “saturar los problemas”.
Los cruces de palabras, mantienen en alerta a los vecinos de Gualeguaychú, pero las decisiones sobre futuras medidas de acción están en stand by, hasta que la Corte Internacional resuelva jurídicamente el tema. De acuerdo a los plazos estimados, en unas ocho semanas se conocería si los jueces aceptaron la medida cautelar interpuesta por Argentina para que las firmas ENCE y Botnia paralicen las obras hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo.