Botnia y Ence ratificaron la continuidad de las obras

El presidente Vázquez dijo que Botnia le comunicó que logró solucionar algunas dificultades de financiamiento que habían surgido a raíz de la envergadura que adquirió el diferendo con Argentina. Por su parte, ENCE desmintió que pensara mudar la inversión. La información sobre la salida de las pasteras de Uruguay había trascendido durante el fin de semana.
Botnia está a punto de concluir su primera fase. Entre julio y agosto, si nada atrasa el cronograma previsto, entrará de lleno en la construcción de la planta electromecánica, el corazón de la fábrica de pasta de celulosa. Es ahí cuando la mano de obra ocupada pasará a los 4.500 operarios prometidos. La mayoría de ellos serán obreros calificados. La segunda etapa de la obra llevará, según los cálculos previstos, entre ocho y diez meses. Comenzaría a producir celulosa a partir del mes de agosto de 2007.
Vázquez y el secretario de la Presidencia, Gonzalo Fernández, se mostraron optimistas en lograr un resultado favorable en La Haya, donde litigan con Argentina. Pero advirtieron que si los ambientalistas de Gualeguaychú resuelven volver a cortar algún puente porque no se suspenden las obras, será Uruguay quien solicite una «medida cautelar» en la Corte Internacional de Justicia.
Vázquez consideró una «señal importante» la visita de la senadora Cristina Kirchner, el viernes, para la reunión de la Comunidad Sudamericana celebrada en Montevideo.
El Gobierno argentino y los asambleístas de Entre Ríos rechazan las plantas porque consideran que causarán daños al medio ambiente, lo que es negado por las autoridades uruguayas y las empresas. Sin embargo, no se conoce un estudio de impacto ambiental serio.
La denuncia que hizo el Gobierno argentino en la Corte de La Haya fue por presunta violación de acuerdos internacionales que establecían una consulta antes de autorizar las plantas sobre el Río Uruguay por ser aguas compartidas.

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