El encargado de abrir la jornada fue el ex senador nacional Héctor Maya (PJ-Entre Ríos), quien durante una hora explicó detalles acerca de las campañas políticas y el manejo del dinero del partido en los distintos procesos electorales en los que le tocó participar. Por otra parte, el contador Julio Budasoff –quien debía declarar en la primera jornada de testimonios pero no lo hizo por haber llegado tarde- realizó un extenso y detallado análisis de los diversos montos que percibió Rossi en concepto de sueldos, gastos reservados y otras compensaciones, calculó la capacidad de ahorro y lo sometió al crecimiento por los intereses compuestos de los bancos, concluyendo que la capacidad de ahorro del intendente fue de 1.442.000,79 pesos. En tanto, el ex cajero bustista Gualberto Garamendy, no se presentó a declarar y se informó que ya no reside en Concordia, por lo cual se dio lectura a su testimonio de la etapa instructoria.
Rossi y su ampliación de la declaración indagatoria
Al hacer uso de la palabra, Rossi destacó que lo dicho en su primera declaración fue confirmado por los testigos que prestaron testimonio durante las precedentes jornadas del juicio y recordó que su ex esposa, Isolina García, manifestó en su testimonial que vivían “con austeridad” y que tenían una vida “normal”. “Podría haber utilizado los fondos del Estado para cambiar de casa o de auto pero no lo hice y en cambio viví durante 20 años en el mismo lugar”, sostuvo. Incluso destacó que su esposa, al momento del divorcio, no le reclamó “absolutamente nada del dinero porque era de la política”.
También se encargó de aclararle al fiscal Chemez, que la casa de Paraná, era propiedad de su cuñado, quien se desempeñó en la Municipalidad de Santa Elena durante la primera intendencia de Rossi, y aseguró: “No es mi casa”. Además, admitió que desde el ´83 tuvo “un gran protagonismo en los movimientos económicos y políticos” de las campañas proselitistas y aseguró que “si hubiera comprado 700 hectáreas y unos animales no estaría sentado hoy acá”.
Reconoció la existencia de las cuentas en Uruguay, a nombre de su hermana, madre y ex esposa, destacó el hecho de no haber comprado “casas ni campos” y aseveró: “Por eso estoy acá porque no invertí”. En este punto, reconoció que “tal vez me equivoqué y tendría que haber dado estas explicaciones durante la instrucción, pero me aconsejaron mal, seguramente”, entendió.
“Me han condenado por tener dinero y si hubiera comprado 700 hectáreas en el departamento La Paz, después de 34 años de trabajo, no hubiera estado en este lugar, porque esto es lo que me reclaman, y tengo que justificar”, sentenció el intendente, al tiempo que remarcó que “nunca se habló de qué hizo Rossi y si tenía capacidad de ahorro”.
“En el análisis profundo de todo esto, verán un hombre que vive para la política, casi un servidor, y quiero venir a demostrar mi inocencia, quiero demostrar que no hice nada fuera de lo legal, que no intervení en compras de cosas materiales, no compré campos ni casas en Punta del Este”, afirmó y se preguntó “porqué me eligieron tantas veces para gobernar no es porque sea tan brillante sino por la dedicación, por los resultados de estar en la función pública, por el trabajo y la honradez”.
Al ser consultado por la querella sobre sus ahorros, explicó que el informe que brindó el contador Julio Budasoff “en el que se establece una capacidad de ahorro de 1.400.000 pesos, es únicamente lo conseguido durante la función pública” y no se detalla “lo que se aportó durante la campañas políticas ni lo que tenía de mis 14 años de trabajo anteriores”. Más adelante, dijo que los movimientos de las cuentas los realizaba “personalmente” y en las cuentas que no estaban a su nombre lo hacía “en forma conjunta”.
Consultado por el fiscal, explicó que los movimientos en las diferentes cuentas los realizaba a través de agencias que efectuaban las transacciones de depósito o retiro del dinero”, y contó que “ya en 1984 tenía una cuenta corriente en Montevideo adonde depositaba lo ahorrado”. También indicó que realizó los depósitos en Uruguay porque “ya poseía una cuenta corriente y además el país estaba en una situación en la que todos retiraban los depósitos de los bancos nacionales”.
Asimismo, reconoció que “ahorraba” el dinero recibido en concepto de gastos reservados y lo “tomaba para uso personal, por consejo de los asesores de la vicegobernación”. En este punto, especificó que los gastos reservados “tienen disponibilidad libre” por lo que “podría haber cambiado mi vivienda si hubiera querido”, ya que “en la ley de presupuesto no existe una determinación” sobre el destino de los mismos. En este tramo de la declaración, el presidente del Tribunal, Jorge García, no pudo evitar demostrar su sorpresa, al repreguntarle si se estaba refiriendo a los fondos percibidos en concepto de gastos reservados. Rossi también dijo que en las cuentas “colocaba el dinero que sobraba de las campañas” y resaltó que ese dinero “se utilizaba para la política, no para comprarme autos ni casas”.
Por último, en referencia a los dichos de su ex esposa y su amiga, Ana Pemayón, sobre las presiones que recibieron luego de que la situación tomó estado público, Rossi señaló que “jamás utilicé ningún tipo de presión”. “Ellas iban todos los días a los medios de comunicación y finalmente se dieron cuenta que las utilizaban, también políticamente”.
Los números del ahorro
Julio Budasoff –quien debía declarar en la primera jornada de testimonios pero no lo hizo por haber llegado tarde- explicó que fue contratado por la defensa para realizar una proyección de los ingresos del ex vicegobernador y de su capacidad de ahorro. Tomando como base de datos un consumo mensual de 1500 pesos –al que consideró “razonable”-, el contador realizó un extenso y detallado análisis de los diversos montos que percibió Rossi en concepto de sueldos, gastos reservados y otras compensaciones, calculó la capacidad de ahorro y lo sometió al crecimiento por los intereses compuestos de los bancos.
A poco de iniciada su testimonial, el fiscal solicitó que no se permita al contador finalizar la presentación de su pericia por esta vía, teniendo en cuenta que la misma no fue culminada a tiempo durante el proceso de instrucción. Así, Federik debió obviar las preguntas al respecto y el testigo dio los números esperados por la defensa, realizando un trayecto por las sumas cobradas dos veces como intendente y una como vicegobernador. En síntesis, concluyó que “sumando los sueldos que cobró como intendente y vicegobernador, más la pensión que cobra por haber ocupado este último cargo, la suma que ahorró es de poco más de 1.442.000 pesos”.
Extenso testimonio de Maya
Aunque dijo desconocer los motivos y la finalidad de su declaración, el ex senador justicialista Héctor Maya abrió su declaración aseverando que el financiamiento de las campañas políticas es una situación “extremadamente compleja” y realizó un detalle de las diversas campañas en que participó desde 1983, reconociendo que en algunas tuvo, junto con Rossi, “un papel importante” en los manejos económicos.
Brindó incesantes especificaciones sobre los diversos candidatos justicialistas y las diversas alineaciones entre candidatos perdedores y ganadores, recordó a Gualberto Garamendy como alguien que tuvo “una participación descollante” en el manejo de aportes y detalló que generalmente se reciben aportes de particulares y empresarios. También contó que en la provincia “el que diseña la campaña política siempre es el candidato a gobernador, quien adquiere plena responsabilidad de derivar el manejo de fondos a gente de su confianza”. También se encargó de enfatizar que todos los funcionarios políticos, legisladores, concejales, etc., deben realizar aportes partidarios y de campaña.
Además, dijo que nunca escuchó “reproches” hacia Rossi por el manejo que realizaba de los fondos y se permitió indicar que los sucesivos triunfos electorales le significan un voto de confianza de la gente de Santa Elena. “Nunca escuché críticas sobre ninguno de los responsables de las campañas políticas del jusiticialismo”, aseveró. También reconoció que “quien tiene más gravitación y fuerza política tiene posibilidad de recaudar más” y destacó que “en ese momento Santa Elena tenía una gravitación muy fuerte”. En este punto, relató que “por orden de Busti” para la campaña del ´87, tenía que entregarle el dinero recaudado al candidato a vicegobernador, Domingo Rossi.
Respecto a los montos específicos que se gastan en una campaña, dijo que en la última elección gastó “entre 500 y 600 mil pesos” en contraposición con lo gastado por la lista oficial que estimó en “cuatro ó cinco veces más”, más el gasto “estable y permanente”, como el “pago a los periodistas”. Así, habló por extensísimo espacio de tiempo sobre la licuación de deudas del grupo Clarín, al que calificó como “una verdadera asociación ilícita”.
Por último, dijo desconocer si Rossi pudo haber ahorrado más de 700 mil dólares como hizo saber Budasoff, ya que “a mí nunca me rindió cuentas”, explicó. De todas formas, consideró que “debe haber manejado más cantidad ya que hoy, en una campaña provincial austera, se deben manejar entre cinco y seis millones de pesos”.
Garbero, Sale y Berecochea
Finalmente, las declaraciones menos trascendentes fueron las de Ricardo Garbero y Ricardo Sale –sólo habló durante unos cinco minutos-, quienes admitieron haber realizado aportes económicos a las campañas políticas del justicialismo. También admitieron que de dichos montos no se otorgan ni solicitan recibos que comprueben las diversas transacciones. En tanto, Oscar Berecochea, quien al igual que Rossi fue gerente de la proveeduría, reiteró su declaración de la etapa instructoria en la que desmintió que en ese cargo se cobraran sobresueldos. Recordó que en su momento, para defenderse Rossi dijo que “se le pagaban porcentajes por las ventas que realizaba” en la proveeduría, lo que descartó de plano al afirmar que “del sueldo que ganaba como trabajador especializado del frigorífico se me abonaba un plus que sería de un 10 por ciento más”.
Por último, recordó que la semana pasada recibió ataques en su vivienda y afirmó que su declaración «al decir la verdad, es un homenaje a los trabajadores del frigorífico que desaparecieron por el stréss de no poder subsistir».