El inconveniente que sufrió este viernes una formación de cargas de la empresa ALL, impidiendo que el “trencito” cumpliera la parte final de su viaje, sumada la precariedad en que se encuentra la formación, y el tiempo que los cuarenta pasajeros debieron esperar en el interior de la formación hasta que automóviles particulares y remises los recogieran multiplico críticas y viejos reclamos. “Es lamentable que pese a todas las denuncias públicas que se han realizado nada cambie, todo siga igual, y se sugiera que si continúan los reclamos directamente eliminarán el servicio”, exclamo una docente frente a la mirada resignada del guarda que ante los dichos de la mujer se limito a decir: “señora la comprendo, pero no podemos hacer nada”.
“Los que utilizamos este “servicio” todos los días la mayoría de las veces disimulamos los inconvenientes y las dificultades. Aportamos una gran cuota de comprensión y porque provenimos de familias o localidades que históricamente estuvieron vinculadas al ferrocarril sabemos fehacientemente que es imposible manejar esto desde un escritorio en Paraná”, indico un trabajador de la salud quien ofreció cebar unos mates amargos, tanto como el comienzo del fin de semana. “No entiendo que compromiso o arreglos existe, porque nadie se hace cargo de lo que a diario denunciamos los pasajeros ante los guardas y ellos -estimo- ante las autoridades y los medios. No es posible que el tren no tenga luz, es elemental el agua potable”, se quejo una joven mientras se acomodaba un saco en la piernas para atemperar el frío. Un profesor aseguro que sintió indignación cuando vio que el 1 de mayo, cuando salio esta misma formación para hacer un servicio turístico de la cooperativa Ferrotur, que no habría podido movilizar las unidades que la provincia les otorgo en custodia porque no tenían seguro, “colocaran un grupo electrógeno para que tuviese luz”, y se pregunto: “Los que viajamos el resto de los días somos parias o pasajeros de segunda? No puede ser”, afirmó.
