Un uruguayo dice haber sido torturado por la Policía de Federación, luego de provocarlos con que Uruguay “va a llenar el río de papeleras”

Roberto Carlos Ardaix Cañete narró al diario “El Pueblo” de Salto (Uruguay), que se encontraba en la ciudad entrerriana visitando a una hermana, la que es casada con un funcionario de la Prefectura Argentina, según afirmó.
Ardaix detalló que «en la noche del viernes, luego de cenar salí a caminar por la ciudad, oportunidad en que me detiene la policía para solicitarme documentos. Hasta ahí estaba todo bien, conversamos y hasta les regalé unas monedas uruguayas que me pidieron como recuerdo», dijo.
Agregó que fue «invitado a acompañarlos en un vehículo hasta la Jefatura o comisaría, donde el minuto que me dijeron se transformó en horas y en situaciones terriblemente desagradables. Pasados 45 minutos y al permanecer esperando sin ser atendido, me puse de mal humor y les increpé. ¿Acaso es delito caminar de noche por las calles de Federación o acaso le tienen rabia a los uruguayos?, les pregunté».
Cuenta el denunciante que ahí cambió el tenor de la relación. «Cállese la boca y quédese quieto, me dijeron a lo que agregué: ¿O es por el tema de las papeleras? Miren que vamos a llenar el Río Uruguay de papeleras».
Continúa señalando Ardaix que «si bien reconozco que yo los provoqué con esas afirmaciones, no se justifica que me hayan golpeado salvajemente, me amenazaron de todas las formas posibles y me insultaron de la forma más grosera, incluso con alusiones a mi madre. Me dieron choques eléctricos, me hicieron el famoso submarino. En otras palabras, me torturaron salvajemente, más allá de que les hice ver lo que se establece en la Declaración de los Derechos Humanos respecto a las detenciones arbitrarias y las otras violaciones cometidas».

Los delitos y la liberación

El denunciante sigue relatando su historia y puntualiza que «luego me entero que me habían fabricado tres delitos para cubrir todas las barbaridades que habían perpetrado. Uno de ellos era el de agredir a civiles y los otros dos por intento de violación a dos domicilios particulares, lo que era suficiente para mantenerme detenido todo el tiempo que ellos dispusieran».
Cuando fue consultado respecto al trámite de liberación, hizo referencia a que «mi cuñado, que se había enterado de la situación, solicita que me entreguen a él. Así lo hacen, con la condición que me sacara rápidamente del país. Y eso es precisamente lo que hace y entonces me trae directamente a Salto, sacándome de donde incluso me amenazaron con que la próxima vez que pisara Federación iba a ir a parar a un penal», concluyó contando el entrevistado.
De todas formas, el denunciante no presenta huella de golpes, ni concurrió a médico forense alguno para tratar de probar sus dichos, según consigna la nota publicada en el medio uruguayo.

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