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Rotman: “da lástima que tiren a la basura” la fábrica de medicamentos

El ex-funcionario no comprende los motivos de la paralización de la planta de genéricos. “Yo entiendo a veces las diferencias o las peleas políticas, pero en Salud, y nada menos que en medicamentos, cuando la Provincia iba a poder marcar el precio índice de algunas licitaciones, es una barbaridad. Eso es lo que me indigna”, precisó.
Se preveía que los medicamentos que iban a producirse serían vendidos a hospitales, municipalidades y al Iosper. La fábrica iba a ser administrada por una sociedad anónima: INFADER (Industria Farmacéutica de Entre Ríos). “No se les iba a regalar a los hospitales; los hospitales, con sus presupuestos, iban a comprarle a esta fábrica con muchos menos precio. Esto aseguraba la sustentabilidad económica de la planta”, aseguró.
El ex-secretario de Salud enfatizó la economía en el presupuesto de Salud que hubiese acarreado la producción de genéricos. “En aquel momento, redundaba en algunos medicamentos cuatro o cinco veces menos que los precios de plaza; en otros dos veces menos”, comparó. En la actualidad, el ahorro sería aún mayor porque los medicamentos han aumentado.

50 genéricos

La puesta en marcha estaba dividida en tres etapas, la primera debió comenzar a funcionar a principios de 2004. Tenía previsto fabricar 50 medicamentos genéricos, entre comprimidos, cremas, jarabes y gotas. “Estaba casi terminada, faltaba un 30 % de obra civil, se había terminado un 70 % u 80 % de la fábrica. En dos o tres meses más se tenía que haber terminado”, afirmó.
A fines de la administración Montiel, ya se había pagado el 50 % de la aparatología, que se había adquirido a través de Naciones Unidas. “Se realizó un convenio con el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo”, dijo. Destacó que el organismo internacional ofrecía seriedad y agilidad para la puesta en marcha de la fábrica. “Además, se compraba sin IVA. De entrada, teníamos el 21 % menos”, agregó.
El otro 50 % necesario para costear los equipos, según Rotman, quedó depositado en un banco a nombre de Naciones Unidas. Las máquinas no fueron entregadas porque no se pagó lo adeudado. “Vaya a saber que pasó con ese otro 50 % que eran $ 500.000 en aquel momento”, agregó.
El costo total de la operación era de $ 2.980.000. Incluía la aparatología, materias primas, costos de producción, gastos, sueldos, etc. “Con esa plata, la provincia ponía en marcha la planta”, puntualizó Rotman.

Cuatro millones de ahorro anuales

Aunque suene elevada la cifra, el ex-ministro de Salud admitió que la producción de medicamentos conllevaba un ahorro de $ 4.000.000 anuales. “En menos de un año se pagaba el costo total de producción”, acotó. “$ 4.000.000 es muchísima plata para un presupuesto de Salud”, indicó.
La segunda etapa abarcaba a todos los comprimidos incluidos en el vademécum provincial. La tercera etapa contemplaba la compra de un aparato que fabrica inyectables y sueros, cuyo costo ascendía a U$S 800.000 ($2.400.000). “La planta podía haber fabricado el 100 % de los medicamentos que se consumían en los hospitales”, aseguró.
La obra se realizaba por administración descentralizada. “El gobierno enviaba el dinero contra certificación de obra, y la municipalidad se encargaba de la mano de obra”, afirmó. Cerca de 50 empleados municipales trabajaban en la planta.

Federal relegada

En cuanto al impacto económico que la obra significaba para Federal, Rotman, teniendo en cuenta que el norte entrerriano fue “históricamente relegado”, dijo: “iba a ser un polo de desarrollo. Iba a poner a Federal en un plano de mayor importancia en un tema tan sentido como es el de los medicamentos”.
El ex-funcionario de la gestión Montiel, quien no se definió como “privatista” ni “estatista”, expresó que hay áreas estratégicas en las cuales el Estado “debe tener ingerencia”. “El medicamento no es un bien comercializable sino un bien social”, finalizó.

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