Aunque a la dirigencia política (especialmente) le cueste reconocerlo y se enfurezca con aquellos periodistas que ponemos un espejo para mostrarnos tal cual somos, Concordia, paradojas de estas tierras, esta lejos de ser sinónimo de Armonía, de Fraternidad. Desde hace años, es más bien la contracara de su propio nombre.
Esto es así por lo menos desde que el poder cambió de dueño y la sociedad y los medios de comunicación se democratizaron y ofrecieron espacios a quienes antes estaban prohibidos, cercenados o lisa y llanamente ignorados. Antes de esto, o no era así o estaba oculto.
Es que, no resulta sencillo ni siquiera para los que vivimos en esta geografía, definir el perfil de esta ciudad. No lo es en lo económico, mucho menos en cuanto a su comportamiento social, cambiante, de a ratos explosivo, espasmódico, la mayoría de las veces apático, indiferente, en fin, una sociedad esencialmente anómica, caótica y a cuyos críticos actores les resulta especialmente difícil ponerse de acuerdo en el lugar indicado y en el momento preciso.
Tampoco resulta sencillo definirla culturalmente. Concordia cuenta con artistas de valía, sin embargo, ese ámbito, que podría ser una importante expresión de poder, carece de relevancia. El profundo y persistente apego a la soledad de quienes integran ese sector, es empecinado.
Lo único que se ha repetido hasta el cansancio como forma de identificación es que, esta es la CAPITAL DEL PERONISMO y, quizá aquí, con este dato entre político y sociológico podamos hacer un silogismo y encontremos una primer explicación : resulta tan difícil definir al peronismo como a Concordia.
Desde que Concordia dejó de ser lo que era : un conglomerado esencialmente industrial y productivo, comenzó a resultar dificultoso definir el carácter de su economía. De hecho, ya no se puede decir que somos una ciudad industrial ; tampoco turística, a pesar de que contamos con una de las bellezas naturales más apabullantes de la zona ; mucho menos productiva luego de las sucesivas debacles económicas y de los cientos de productores fundidos o con los índices fenomenales de desocupación y miseria. Tampoco somos una ciudad de servicios. En otras palabras no se nos puede identificar con ninguna de estas particularidades y, al mismo tiempo somos un poquito de cada una de ellas, sin que ninguna logre darnos identidad.
Lejos de Niestche y cruzados por la lucha de contrarios pero sin síntesis
La dialéctica materialista de Carlos Marx y Federico Engels señalan el proceso de construcción como una lucha de contrarios en la se puede observar una tesis, una antítesis y una síntesis.
Comúnmente se escucha en la calle asegurar que esta es una sociedad abúlica, apática, indiferente y fenicia. Tampoco esto nos define tal cual somos, aunque aporte al conocimiento de la verdad.
Y es así, porque esta ciudad a la que le caben perfectamente esas definiciones, es también todo lo contrario. Concordia y cuando aún los piqueteros no se conocían en la argentina, los parió y tanto los parió que, cuando tampoco en la Argentina los cortes de ruta eran un método de lucha, la 14 fue la primer ruta cortada, lo que no es poco, tratándose de una de las vías principales de unión con Brasil y Paraguay.
Se dice además que esta sociedad es profundamente conservadora. Tenemos con qué, aquí nació y se crió el golpista Mohamed Seineldín ; el conocido cura torturador Christian Von Wernich, pertenece a una conocida familia calificada como visionaria en materia de emprendimientos económicos. En sus años jóvenes, el cura, prisionero por crímenes de lesa humanidad, junto a alguno de sus hermanos, se divertían persiguiendo judíos. Subidos en un auto deportivo, carburadores enfurecidos mediante, con motores forzados, escape libre y haciendo gala de su poderío corrían al director de una escuela (judío él), por el medio de la plaza Urquiza.
El filo fascista Sánchez Abelenda ex decano de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA en tiempos del rectorado de Ottalagano, estuvo aquí en Concordia dirigiendo la Acción Católica.
Mientras en el país las muertes y desapariciones estaban al orden del día, quien visitaba asiduamente esta ciudad era el generalisimo dictador Roberto Viola (ex presidente de facto) cuya esposa es hija de Concordia (Giorgio).
Datos apenas anecdóticos si no se dijera que, bien avanzada la democracia, las fuerzas vivas (o los vivos de la fuerza, según Jauretche), de esta ciudad le rendía honores al integrante del Grupo de Tareas y secuestrador de niños, Héctor Febres, que comandaba por aquellos años la Prefectura local. Tampoco si se ocultara el hecho de que hasta pocos años atrás, los socios principales del reducto de lo más granado de la oligarquía, el Club Progreso (donde existía la bolilla negra que definía el ingreso o no de nuevos socios) impartía línea política y costumbres sociales que buena parte de la sociedad se desesperaba por adoptar como propias.
En fin, datos de sobra para calificar el conservadurismo.
Lo extraño y quizá como aseguran algunos (entre esotéricos y new age), producto de la potente energía surgida de las imponentes rocas de basalto sobre la que se asienta esta ciudad, Concordia está llena de una especial energía productora de sorprendentes episodios y de estados de ánimo imposibles de explicar desde la lógica, algo así como una fenomenal cajita de Pandora.
Friedrich Niezstche decía “es necesario tener un gran caos dentro de sí, para dar a luz una estrella danzarina”. Por intrepidez o por esa energía basáltica, esta sociedad y además de los Von Wernich también parió personajes capaces de, por ejemplo, fundar en plena dictadura militar (año 1978) la segunda filial en el interior del país de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (la primera fue fundada por Monseñor Jaime De Nevares en Neuquén) ; uno de los primeros movimientos de desocupados del país se creo en esta ciudad ; también produjo un potente movimiento de Inundados que hasta le arrancó viviendas sociales a la dictadura ; a Concordia fue al primer lugar al que arribó Adolfo Pérez Esquivel apenas obtuvo el Premio Nóbel de la Paz ; la primer ciudad de la provincia en la que se formó la Multipartidaria, fue aquí y Febres, pese a contar con el apoyo de los vivos de la fuerza fue declarado “Persona no grata” luego de una persistente lucha (protagonizada por organismos de derechos humanos, militantes del Partido Intransigente, partidos de izquierda y vecinos) y de la decisión del bloque de concejales del PJ comandado por César Rios, pues el radicalismo, con Julio Kovalsky a la cabeza votó a favor Febres, el torturador y ladrón de niños. Digamos que, si nos atenemos al filósofo alemán, solo nos faltaría la “estrella danzarina” o la “síntesis”, según la dialéctica materialista.
En materia de medios de comunicación Concordia estaba a la derecha del diario “Nueva Provincia”, aquí se publicaban titulares a toda página que anunciaban “uno menos”, en plena democracia la radio AM daba a conocer los bandos militares del golpista Aldo Rico atrincherado en Monte Caseros e impedía que las fuerzas democráticas de la ciudad pudieran expresar lo suyo. La censura se ejercía con solvencia y desparpajo, el ocultamiento de información era el modo de dominación y había un especial cuidado en que la propiedad de los medios estuviera en “buenas” manos.
Todo esto fue así hasta la aparición de las radios de Frecuencia Modulada. Allí las cosas comenzaron a cambiar, un poco… pues aquí todo ocurre a destiempo, pero suficiente como para mostrar el contraste con la historia inmediatamente anterior.
En Concordia un pequeño grupito de periodistas independientes convocaron e hicieron posible marchas multitudinarias a favor del derecho de expresión y la libertad de prensa. Antes de esos episodios multitudinarios, pensar que se podían lograr varias marchas de 1.500 o 2000 personas por la defensa de esas consignas en la ciudad modelada en el discurso único, era más o menos lo mismo que creer que se podía llegar a la luna en una cañita voladora. O sea, imposible y sin embargo se lograron.
Quedará para entregas sucesivas, otras notas, continuadoras de esta, que aporte una de las (probablemente) muchas explicaciones acerca de porqué resulta tan difícil en esta ciudad lograr la síntesis, la estrella danzarina. El fenómeno del bustismo, la influencia de la corrupción en el desbaratamiento de los movimientos críticos y la incapacidad de quienes tienen la responsabilidad de conjugar intereses de lograr una valoración precisa sobre una contra influencia. Además, contar las mutaciones que sufrió la militancia política en Concordia desde tiempos de la dictadura hasta hoy así como las características del poder de ayer y sus protagonistas. El debate está abierto a otras opiniones