El principal reclamo estaría vinculado con la prohibición de ingresar a Uruguay materiales para la construcción de las plantas durante el período de tregua, la cual consideran que debería durar como mínimo 90 días.
El dirigente Edgardo Moreira dijo que esto impediría que las empresas Botnia y Ence “acopien” insumos, “si no, al día 91 ya estarían retomando las obras”.
En este sentido, Gustavo Rivollier expresó que deben tener “la confirmación de parte del gobierno argentino de que no pasará ningún material para las empresas, ni por vía terrestre, ni fluvial ni por ninguna otra vía. Eso es determinante”.
Asimismo, Moreira considera que las obras deben detenerse efectivamente por tres meses, “ya que un plazo menor no sería suficiente para realizar un estudio serio sobre el impacto acumulativo y transfronterizo que tendrían las plantas en el medio ambiente y la economía”.
Moreira, al igual que el ambientalista Osvaldo Moussou, opinan que entre las condiciones para levantar los puentes también podría figurar la realización de un estudio “independiente” a cargo de científicos de las universidades de la República y de Buenos Aires.
Según Moussou, existen “muchas más posibilidades de lo que había unos días atrás” de arribar a un acuerdo. En su opinión, “si se dan las condiciones, los cortes se tienen que levantar”. En este sentido, Moreira adelantó que, si se arriba a un compromiso respecto a impedir el ingreso de materiales por 90 días y realizar un estudio independiente, “están dadas las condiciones para aprobar y encolumnarse detrás de la exhortación de ambos presidentes”.
Empresas favorables
Las empresas Botnia y Ence aún no se pronunciaron sobre la posibilidad de detener las obras. Sin embargo, ambas ya ha se habían mostrado predispuestas a colaborar para destrabar el conflicto. Tanto la española Ence como la finlandesa Botnia habían manifestado que evaluarían la paralización temporaria de las obras, siempre que existieran garantías para sus respectivas inversiones.
