Nuestro Gobernador fue víctima de dos arteros ataques, que no pueden ser leídos desvinculados y que merecen una lectura conjunta: Por un lado, Rovira al enterarse de su condena, (que lógicamente no cierra el proceso y que tiene derecho a recurrir, pues sigue gozando de la presunción de inocencia) salió otra vez, como es su costumbre a engañar a la gente, con una falaz historia, que directamente apuntaba a difamar a Jorge Pedro Busti. Eso no es nuevo, pues es su deporte favorito. Pero lo llamativo es que ahora Rovira, que se dedicó durante todo el Gobierno de Montiel a perseguir compañeros ahora confesó otro hecho lamentable: Que él fue puesto ahí por Montiel para hacerlo, que redactó inclusive una ley hecha a su medida y que eligió especialmente el cargo de Fiscal para convertirse en un cancerbero de compañeros, en el que creía que se sentiría mas cómodo. Dejando su tétrica actitud colaboracionista con el Gobierno Militar, (que habla a las claras de su perfil ideológico anti – democrático), también no es casualidad que haya elegido una ley inconstitucional. Tampoco que haya transado políticamente con una gestión que contrató –además- los “servicios secretos” de una Agencia Internacional, con la misma finalidad: Desprestigiar al adversario luego de un traspié electoral mediante la persecución para perpetuarse en el poder. Rovira aspiraba a manejar el poder, quería dedicarse a la política. Aquí vale abrir un paréntesis y analizar que dijo Ghiano, que como Senador aprobó la ley que proyectó Rovira, ni bien se conoció el pronunciamiento de la justicia que justamente lo condenaba al concordiense.
Como de casualidad y simultáneamente – también sale el ex Senador, a embarrar inútilmente y sin ningún tipo de pruebas a éste Gobierno. Llama poderosamente la atención que diga –justo ahora que condenaron a Rovira- que éste “poder es mafioso” y que seleccione como ejemplos las condenas en los casos Yedro y Mori –a quienes tildó de actores principales de otras administraciones anteriores (por hechos supuestamente cometidos en épocas pasadas, que también están en pleno proceso judicial, sin sentencia firme). Pero le debo recordar dos cosas: Primero que si hubo condenas, es prueba cabal que aquí hay una justicia verdaderamente imparcial e independiente, que los Jueces no son puestos por “dedocracia” y es demostración acabada que, justamente, no hay un poder mafioso. Cuando le tocó actuar como Senador eran otros tiempos, y aprobó sin chistar pliegos que venían del Ejecutivo – el mismo que nombró a Rovira – y que eran de amigos “dilectos” del Gobernador Sergio Montiel. Valga a título ilustrativo el vergonzoso caso del hermano del ex Ministro Carbó, en una Sala de Paraná. Si repara Giano, los Jueces que juzgaron a Yedro y a Mori, fueron designados con procedimientos totalmente transparentes, cosa que antes no pasaba. Con la participación de la sociedad.
El poder político se abstuvo totalmente –como es su deber hacerlo- y la decisión corrió y correrá por cuenta del Poder Judicial, quien trabajó y trabajará con total independencia. Exactamente lo mismo pasó y pasará con Rovira. Este Gobierno tiene un procedimiento de selección de Jueces –el Consejo de la Magistratura- que era reclamado, cuando él se desempeñaba como Senador, por las instituciones intermedias al que hizo oídos sordos, en total complicidad con su ex Jefe Político: Sergio Montiel.
La condena de Rovira –que despertó sugestivamente solamente comentarios desfavorables en las declaraciones de Ghiano- fue lo que puso nervioso a ambos e hizo que confesaran cosas, uno concientemente y el otro, en forma inconsciente, que nos ayudan ahora con pruebas a reconstruir la historia reciente. Estas declaraciones al unísono muestran un concierto previo, que se remonta allá por 1999. Un ideario común y compartido cae al descubierto pasado el tiempo: En la triste alianza si que había un “pacto mafioso” en Entre Ríos para perseguir peronistas durante la época de Montiel y a Giano el inconsciente le jugó una mala pasada. Casi un episodio para el diván.
