Paraná: Murió un nene que se había caído a un arroyo del Barrio Dos Bosco

Ya por la tarde, Eva María había dicho que el nene estaba “luchando entre la vida y la muerte”, en terapia intensiva y con respirador artificial. Es que el informe médico indicaba que el estado de salud era delicado y que la evolución se vería en un lapso de 72 horas.
La casa de la familia es una más entre un grupo de unas cuarenta, ubicadas a orilla del tramo del arroyo Colorado, entre las calles Rondeau y Don Bosco.
Unas viviendas están más alejadas del cauce y otras muy cerca, a sólo unos pocos metros: este es el caso de la casa de la familia de los González.
Eva, la abuela, contó que unos pocos pasos separan la construcción de la vera del arroyo y que desde 1984 vienen reclamando una solución al socavamiento constante del terreno aledaño y al avance del agua en las viviendas cada vez que llueve.
Para los vecinos del barrio denominado Don Bosco, el arroyo debería entubarse. Eva dijo que hace dos décadas se presentaron notas, con más de 150 firmas, a la Municipalidad de Paraná planteando el problema, sin obtener respuestas.
“Hay más de 40 casitas al lado del arroyo y hay más de 20 familias que se inundan”, afirma Eva, que describe un barrio pobre con casas rajadas, con entrega de bolsones y con visita de “políticos” cada vez que hay elecciones.

DE TODO

En el sector donde ocurrió el accidente, el agua tenía unos 80 centímetros de profundidad; cantidad suficiente para sobrepasar la altura del nene, según las mediciones realizadas por la familia.
Pero además de los efectos de la inmersión, la mamá y la abuela remarcaron el grado de contaminación de las aguas. Afirmaron que por ahí corren líquidos cloacales, basura y hay empresas que vuelcan sus líquidos y residuos. “Todo eso lo ha afectado mucho”, había dicho la mamá, que por la tarde, había encomendado a Dios la vida de Franco.

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