El párroco de la Iglesia del Carmen había nacido el 5 de septiembre de 1907. Fue quien otorgó permiso a las primeras madres de desaparecidos para que todos los sábados puedan, en un lugar seguro, reunirse durante los años de plomo. Con sus 98 años a cuestas el cura peleó por su vida hasta que no pudo más y falleció, sin poder cumplir con su deseo de siempre de llegar a los 100 años, informó Análisis Digital.
Cuando era capellán militar, Metz otorgó permiso a las primeras madres que buscaban a sus hijos, que habían sido secuestrados por los grupos de tareas.
-¿Nos podemos reunir en la iglesia, padre?, le había preguntado Elba Goiburú al párroco Julio Metz una vez.
En 1977, Elba Benítez Goiburú fue hasta la casa de Amanda Mayor y la invitó a reunirse en la Iglesia del Carmen, lo mismo hizo con Clara Fink. El esposo de Elba, Agustín Goiburú, fue detenido en Paraná el 9 de febrero de 1977 producto de una larga historia de enfrentamientos con el propio dictador paraguayo Alfredo Stroessner. Los Goiburú eran paraguayos y recalaron en Paraná donde permanecieron exiliados por denunciar las muertes y torturas de la dictadura paraguaya.
Años más tarde, con la vos entrecortada, Julio Metz recordó en una nota con Análisis aquel momento. “Mire, acá vienen unos y yo no le pregunto -aclaraba Metz-. El Evangelio dice: dé de comer al hambriento y dé refugio… A la Iglesia del Carmen entraba cualquiera. Nunca me preguntaron nada los militares aunque me acusaron de no cumplir con los deberes de sacerdote, por no informar lo que sabía a través del secreto de confesión”, recordó.
En aquel marzo de 2003, el propio Metz les había dicho en broma a las madres: “El 5 de septiembre de 2007, los invito a mi cumpleaños número 100 .Va a ser acá”. Pero no pudo ser. Su sueño de llegar a los 100 chocó con los problemas de salud que debió enfrentar y que lo mantuvieron recluido por los últimos meses.
La otra historia dice también que Metz, en su condición de capellán militar visitaba detenidos durante la dictadura en el Escuadrón de Comunicaciones, donde funcionó un centro clandestino de detención y que fue él mismo quien informó a la familia de Victorio Coco Erbetta -hoy desaparecido- que el joven había sido detenido en septiembre de 1976. En ese momento inclusive hasta se ofreció a llevar ropa y otros utensilios al preso político; pero él mismo reconoció que luego no lo dejaron ingresar más al lugar donde se encontraban los detenidos.
