Stella Maris Rivero, secretaria general de Agmer, expresó que el 4º aniversario encuentra a las diversas organizaciones sociales esparcidas, divididas. “No tenemos la posibilidad de hacer encuentros sistemáticos en algún lugar como para hacer una reflexión de que fue, que quedó y que generaron aquellas jornadas”, expresó.
Según explicó, hay muchos interrogantes que subyacen aún a cuatro años del final del gobierno de Fernando De La Rúa. “No pueden pasar el 19 y el 20 como si nada. Tampoco puede quedar como el día en que se fueron De La Rúa y Cavallo. La consigna era: ‘que se vayan todos’. Se fueron ellos y los demás quedaron todos. Hoy está Menem en el Senado, y te preguntás ‘¿Que hicimos para que ellos sigan estando?”.
Ruben Salamone, fue uno de los coordinadores de las asambleas realizadas a lo largo de 2002 en la Plaza Rural, las cuales fueron mermando hasta extinguirse. Aseguró que aquellas jornadas fueron “fabulosas”, y está convencido de que no “quedaron en la nada”. “Nosotros, si bien éramos un grupo importante que nos juntábamos martes, jueves y sábados en la plaza; cada uno de los que estábamos seguimos en la lucha diaria a pesar que algunos han tomado otros rumbos”, expresó. Salamone trabaja en un barrio realizando tareas sociales con adolescentes.
La titular del gremio docente expresó que la cuestión electoral no es la primera meta a la que debe aspirar la unión de los distintos sectores que nacieron al calor del cuestionamiento a los partidos políticos tradicionales expresado en aquellos agitados días de diciembre de 2001. “No desaparece del horizonte el hecho de poder fructificar en algún momento una propuesta electoral, pero hay un proceso social previo necesario que hacer, una concientización ciudadana política previa”, indicó.
Rivero descree que la democracia sea votar cada cuatro años, esperar que quien es elegido resuelva todos los problemas y despotricar cuando se dan cuenta que eso no es posible. “Hay que entender que la democracia representativa no basta, que la democracia tiene que ser participativa, que la gente tiene que entender y participar, comprometiéndose, involucrándose conciente de sus derechos y obligaciones”, indicó.
Salamone recuerda haber vivenciado el 19 y 20 a través de América TV. “Yo era uno de los que había chupado el sistema y seguíamos la caja boba, escuchando a Antonio Lajes y a Daniel Hadad. Me parecía que eran tipos ¡uh, como hablaban!”. Pero luego de los primeros cacerolazos, comenzó a preguntarse que era lo que estaba sucediendo. “Veníamos cada vez peor en el barrio, en la ciudad, en la provincia”, expresó.
“Veía a un grupo de gente que pensaba igual que yo, que se juntaba en la plaza a discutir y necesitaba canalizar en algún lado la bronca que sentía. Ese 19 y 20 hizo una marca profundísima en cada uno de nosotros”, sostuvo. Además, marcó que: “llegó el momento de empezar a organizarse todos los que pensamos de la misma manera”.
Rivero marcó que es necesario que el proceso apunte a formar una “nueva mentalidad ciudadana preparada no sólo con el pizarrón y la tiza sino también desde el barrio, la iglesia, los clubes barriales, la sala de primeros auxilios”.