Cuando el ex Intendente Hernán Orduna estaba empeñado en entubar ese extenso espejo de agua que atraviesa la ciudad, las principales críticas que recibió, fue no solo el altísimo costo de la obra (15 millones de dólares) sino lo costoso que iba a resultar el mantenimiento y limpieza del mismo. Es más, en aquel momento se dudaba que el municipio hiciera como correspondía el trabajo de mantenimiento y limpieza y que, incluso contara con la maquinaria apropiada para tal fin.
El tiempo demostró la razonabilidad de las críticas. Orduna ni siquiera podrá cargar las culpas sobre el actual Intendente por falta de limpieza ya que, durante su mandato tampoco se realizaron.
Según los dichos de Wdowiak, en marzo de 2002, la obra fue traspasada a la municipalidad. A partir de ese momento, debía limpiar los dos tramos bien diferenciados del cauce del arroyo. El tramo urbano, que pasa por debajo de la ciudad, y el restante, de diámetro más pequeño que debía limpiarse manualmente.
De acuerdo al informe, el taponamiento de arena, ripio y basura va desde los 30 a los 80 cm. en casi todo su recorrido, salvo en algunos tramos en los que el taponamiento llega a 1 metro.