En la causa que se le sigue en la provincia, el 4 de agosto, fue citado por el Juzgado Federal de Concepción de Uruguay a declarar. “Me llegó la cédula, donde me dicen que tomarán declaración, pero no que estoy procesado”, aclaró.
“Doy mi palabra de honor y mi buen nombre, que nunca recibí ninguna notificación de la Justicia de Santa Fe para que declare sobre esta causa. La conozco porque una vez la policía de Santa Fe me llamó para que vea un álbum e intente identificar a las personas que se habían radicado en Feliciano, donde hicieron los trámites de transferencia de los vehículos”, destacó.
El relato de Flores, a modo de descargo, se basa en comentarios y detalles que le fue contando la policía santafesina. La banda delictiva robaba los registros de los automotores (cédula verde y registros de propiedad) y luego, los transfería a nombre de cada uno de los integrantes. Muchas de esas transferencias se hacían en el Registro del Automotor que estaba a cargo Flores en Feliciano.
“No tengo por qué sospechar de estas personas ni mucho menos saber que me presentaban documentaciones falsas. Ellos tenían domicilio en Feliciano, pagaban Rentas municipal, los sellos bancarios y hasta comían en los restaurantes que existen en la ciudad”, señaló.
El ex funcionario dice que “fui engañado en mi buena fe” y los delincuentes se aprovecharon de su ingenuidad, ya que él no tenía la forma ni los métodos para determinar que le estaban presentando DNI falsos.
Flores confesó, que las cuatro personas que tomaban contacto con él para la transferencia de los rodados y que se habían radicado en Feliciano, donde pensaban instalar un taller de reparación de vehículos e incursionar en la explotación agropecuaria, eran: “Carlos Andrés Calvo, Felipe Vanoni, Lorena García que presentaba su carnet de gestora y otra, cuyo nombre decía ser Sandra Ruíz”.
“Cuando me llamaron de la policía de Santa Fe para identificar a los sospechosos, en las fotografías reconocí a Calvo, Vanoni y Ruíz, de García no tenían fotos. Pero ahí me dicen que esos no eran los nombres verdaderos”, comentó Flores.
De denunciante a denunciado
En cuanto al sumario administrativo que le inició la Dirección Nacional por las irregularidades detectadas en el Registro del Automotor, donde él era el jefe, Flores dijo que se debió a una denuncia que él mismo radicó, pero que luego hubo una confusión y de denunciante pasó a ser denunciado. Esa causa prescribió hace tan sólo unos meses y estaba iniciada en el Juzgado Federal de Paraná. “La denuncia la hago yo, porque me entero por la jueza de Concepción del Uruguay me dice que la firma que había certificado pertenecía a una persona que había fallecido y me recomienda que haga la denuncia, la hago y de denunciante me toman como denunciado, se demoraron 10 años para decidir sobre este causa hasta que prescribió”, indicó.
“Cuando sucede esto, desde la Dirección Nacional me dicen que nombre a un abogado en Buenos Aires y como no tenía recursos para hacerlo, decidí presentar mi renuncia al Registro, que ya lo venía pensando porque era poco el salario que obtenía. Luego de esto, lo intervinieron”, comentó Flores.
La charla con el ex funcionario resulta confusa, salta de un caso al otro y su versión de los hechos, es según lo que le contó la policía santafesina. Como defensa de las acusaciones, confesó que en sus 33 años que lleva viviendo en Feliciano, siempre fue un colaborador de la Justicia. “Fui martillero público, auxiliar de la Justicia. Siempre trabajé codo a codo con la Justicia y ahora me colocan este muerto del que no tengo nada que ver”, aunque reconoce que “en mi Registro procesé algunas transferencias de dominios robados, pero en ese momento no lo sabía”.