Gobernar por tres veces la provincia a través del voto popular y ser dos veces intendente de Concordia y Diputado y Senador Nacional, no debe ser lo mismo que opinar desde una diputación por la cual se accedió colgado del saco de Martínez Garbino y por el dedo de un Ex dirigente como Jakimchuk al cual «asesoro» durante muchos años en lo que comúnmente el pueblo caracteriza como ñoqui, y de una carrera opaca en su profesión como abogado.
No debe ser lo mismo tampoco gobernar una provincia dando respuestas por minuto, dando respuestas salariales, de salud, educación, vivienda y todo lo que implica la tarea de un gobernador, que la tarea que ha llevado adelante Mainez en la legislatura donde a fuerza de ser sincero del repaso de sus proyectos lo único que sobresalen son sus declaraciones mediáticas y ningún proyecto de ley en beneficio de Concordia y mucho menos de la Provincia.
Trata de llevar un problema político a Tribunales, de judicializar la política en épocas de campaña electoral.- Olvida que el mismo Gobierno está realizando todas las tramitaciones administrativas para deslindar responsabilidades y que no le quepa la menor duda a él ni a nadie que también pasará por los carriles normales todo a la Justicia si surgen elementos de los sumarios.
Pero bueno, son épocas electorales y parece que todo vale.- Eligió el adversario y también eligió el escenario en el que disputará espacios políticos: el de Tribunales. Pero el pueblo es inteligente: Sabe distinguir un oportunista, de un militante tiempo completo, de toda la vida, que con muchísimos más aciertos que errores, fue capaz de sacar a flote la provincia cuando se hundía. Las urnas darán su veredicto, diputado Mainez, y verá que la mejor estrategia no es llevar la campaña a los tribunales, sino estar al lado de la gente y conocer que es lo que pasa, para legislar mejor.
Por eso la generosidad de la Democracia, de las minorías, la listas sabanas, la audacia de los aventureros, hacen que por un tiempo y hasta el día que llegan las elecciones algunos abusen del recreo y crean que cualquiera puede decir cualquier cosa, sin exhibir absolutamente ningún merito o pocos resultados, en definitiva aseguro cresto que «soy de los que cree que no ofende quien quiere, sino quien puede».