Procesaron a dos médicos por “mala praxis”

Los profesionales alcanzados por el decreto Nº 231/05: Sergio Omar Barbero, Gustavo Alberto Calivari, Claudia Adriana Atrio y Mónica Silvina Dure, y las enfermeras Griselda Verónica Glantz y Blanca Margarita Ayala.
El decreto expresa que, a través de la Secretaría de Salud, se deberá conformar un Ente Colegiado para evaluar las sanciones que deberán aplicarse a la doctora Claudia Adriana Atrio y el doctor Sergio Omar Barbero.
Se dispuso también la instrucción de un sumario administrativo a la doctora Mónica Silvina Dure (como médica interna de Guardia) y se aplicó apercibimiento a las enfermeras, Griselda Verónica Glantz y Blanca Margarita Ayala, así como al doctor Gustavo Alberto Calivari.
El decreto fue dejado en un cajón de Mesa de Entradas de la Secretaría de Salud de la Provincia sin que llegara a manos del director del hospital, Sergio Berttolloti, quien se enteró de la medida a través de la prensa.
El responsable del nosocomio constató, luego de comunicarse inmediatamente con autoridades de la Secretaría de Salud en Paraná, que el decreto no había salido, pese a que fue dictado hace más de 15 días.
La muerte de Máximo Labriola generó una causa penal por mala praxis iniciada en el Juzgado de Instrucción Nº 1. Patricia Rodríguez, madre del niño, fue la principal gestora, en procura de comprobar la responsabilidad del personal del nosocomio en el desenlace.
Al ver que sus reclamos no prosperaban comenzó un largo peregrinar por diferentes ámbitos gubernamentales y de la Justicia, acompañada de su esposo, Marcelo Labriola.
Sus reclamos llegaron entonces a Paraná, Buenos Aires y la Cámara de Gualeguay. Se contactaron con Walter Carballo, de la Oficina de Asistencia a la Víctima del Delito, y llegaron a Lilian Saavedra de la Comisión Anti Impunidad de la Nación.
Luego de contactarse son autoridades provinciales, la causa evolucionó hasta llegar al procesamiento penal y la realización de una información sumaria, hoy concluida. Inclusive los padres recuperaron el cadáver del pequeño, luego de varios meses sin conocer su paradero: el cuerpo estaba en la morgue del hospital Centenario de Gualeguaychú.
Berttelloti, consultado sobre el hecho, indicó que “esto sucedió cuando el hospital estaba en una situación bastante anárquica, de funcionamiento irregular y la mayor parte de la semana funcionaba con paros y personal de emergencias”. El director no justificó lo acontecido debido al clima que se vivía, pero expresó que esa situación “crea las condiciones para cometer estos errores. Es importante delimitar bien las responsabilidades como está ocurriendo con este sumario. Hasta que no se tengan sanciones firmes no se apartará a los acusados de sus funciones”.

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