Las autoridades del gremio profundizaron en el tema. “Acá tenemos cuatro escuelas a finales de este ciclo que han comenzado a trabajar, en algunas han terminado pero, en realidad, fueron nada más que detalles de refacción. En otras faltan terminar”, señaló Rivero.
“Estamos hablando de 25 escuelas que están a la espera que su licitación y su presupuesto se ejecute y en el resto de las escuelas”, agregó
El resto no están ni siquiera en el programa con presupuesto ni con licitación efectuada.
Dentro del lote de escuelas sin licitar está la escuela 74, “J. J. Valle”; la escuela N° 46 de “Los Charrúas” y la escuela N° 44, “Mariano Moreno”.
Respecto de la “Mariano Moreno”, Rivero expresó: “la escuela 44, empezó en el 2004 sus clases en junio, mientras que las demás empezaron en abril por la lucha docente. ¿Por qué empezó en junio? Porque las condiciones no estaban dadas, no había lugar para ubicar a los alumnos porque comenzaba la Intermedia, había una nueva promoción, y no estaban las aulas, no estuvieron y siguen sin estar las aulas nuevas”.
“Hubo reacondicionamiento de espacios que no están en condiciones para ser aulas. Los chicos siguen amontonados en esos rincones de las escuelas”, agregó.
Más adelante explicó: “lo que se hizo de los problemas más evidentes, que eran las rajaduras en los techos y problemas en la instalación eléctrica, fueron nada más que remiendos. Esos remiendos se han deteriorado y los chicos tienen nuevamente hoy el problema concreto que están sentados en sus pupitres, en sus mesas de trabajo y corren el riesgo que se les puede llegar a caer un pedazo de mampostería porque se está desprendiendo todo esto”.
En cuanto a la “J.J. Valle”, Griselda Galeano, docente de la institución, indicó ayer a DIARIOJUNIO que un arquitecto determinó “que el alerón de la parte suroeste tiene peligro inminente de derrumbe. Esta pegado a la pared. Está construido de cemento, chapa, del mismo material de la escuela. Como está pegado a la pared, puede arrastrar parte de la misma”.
Galeano agregó que la escuela también sufre un socavamiento de los cimientos que “ha provocado un deslizamiento del terreno”. Según el informe, los cimientos pueden haber cedido porque el terreno “no estaba bien compactado o estaba mal relleno”. Por las formas de las rajaduras, según el arquitecto consultado, “implica que la viga que está por debajo del piso ha cedido hacia abajo”, indicó la docente.
Promesas incumplidas y exigencias de seguridad
Hurgando apenas en el pasado reciente, la gremialista recordó: “el año pasado, el 8 de marzo, era el día clave, que el gobierno había prometido que las escuelas iban a estar en condiciones para que las clases comiencen”. Agmer hizo una medida de fuerza ese día, advirtiendo que las escuelas no estaban terminadas ni mucho menos. “El ciclo lectivo del año 2004 terminó y las escuelas no estuvieron en condiciones”.
En el listado de exigencias para la reparación de edificios, aparecen ítems tales como: más aulas, condiciones de seguridad, instalaciones eléctricas en condiciones y garantías que la capacidad máxima de un aula no se vea rebasada. “Que no hay 40 alumnos encimados en una aula para 25”, explicó Rivero.
Luego de la tragedia de Cromagnon, y ante la magnitud de los reclamos de seguridad exigidos por la sociedad, Rivero pidió a los padres de los alumnos: “dense un paseíto por las escuelas antes del 1º de marzo y fíjense si las escaleras, si las salidas de emergencia, si ante una eventualidad pueden salir de los baños. Van a descubrir con mucho asombro que no hay absolutamente nada, de matafuegos ni hablar”.