Stella Maris Rivero, secretaría general del gremio, expresó: “el lunes que viene, tengo entendido, la comunidad de la escuela 74 se va a acercar a la Departamental para expresarle al director departamental, que están dispuestos a no iniciar el ciclo y no van a aceptar que los chicos están dentro de las aulas, hasta que el estado y el Consejo no le garanticen, a través de Arquitectura, que las obras comiencen y se solucione ese problema”.
Rivero se mostró una tanto escéptica respecto de la atención que las autoridades le prestarán al planteo. “Seguramente van a salir a desmentir esto y a decir que no hay peligros de derrumbe, lo dijimos el año pasado por otra escuela y nos contestaron que no somos arquitectas. Es cierto, no somos arquitectas, pero si podemos llamar a un arquitecto para que lo verifique”, dijo la secretaria general.
Eso fue lo que sucedió en la escuela 74, inserta en uno de los barrios más carecientes de la periferia, el Fátima II. “Del dictamen del arquitecto, evidentemente que el peligro de derrumbe es posible. Ahí, con los chicos dentro permanentemente corriendo, golpeando puertas, hay peligro de derrumbe de una parte importante de la escuela, cuyos cimientos están prácticamente desprendidos de las paredes. El terreno ha cedido” precisó la gremialista.
Otra escuela que tiene el mismo problema es la escuela 72 °, “Eva Duarte”, según Rivero. Lo llamativo es la antigüedad de ambos establecimientos. “Tanto la 74 como la 72 son las dos última escuelas que se han hecho acá, son nuevitas. Una tiene menos de cinco años, la otra seis”, expresó.
Para la titular del gremio docente, el problema se solucionaría con la puesta permanente de recursos a disposición de las autoridades para el mantiniento. “Si el presupuesto de educación mantuviera un presupuesto permanente, muchas escuelas, incluidas la 74 y la 72, no deberían tener ningún problema”, remató.
