El operativo rastrillo consiste básicamente en tomar una arteria (se trata normalmente de las principales) y visitar comercio por comercio verificando inscripciones, empleados, facturación y relevando diferentes datos de interés fiscal que –según el caso- pueden implicar luego la apertura de una inspección fiscal.
Este tipo de procedimientos permite la recolección de datos que luego son cruzados con otras bases de datos como por ejemplo de la AFIP, Ley 4035.