Si los sectores más sensibles y vulnerables del pueblo son la salud, la educación, la seguridad, la justicia, por dar algunos ejemplos, habrá que decir que el noveno año de gestión de este abogado terminó con paros en los hospitales públicos, paros en las escuelas, una seguidilla de crímenes horrendos que muestran la victoria de la violencia o por lo menos una ausencia de prevención que asusta; y la impunidad enseñoreada desde la entrega de la Fiscalía de investigaciones a la abogada personal del gobernador.
Si se coloca todo esto en un marco de estabilidad lograda en 2003 gracias a un sinnúmero de factores, y con un envión heredado de crecimiento abrupto de los ingresos, es decir, del dinero que aporta el pueblo para tener salud, educación, seguridad, justicia, en fin; entonces esta no correspondencia obliga a calificar muy mal al equipo de gobierno.
Maestros con 15 años de servicio y 490 pesos de sueldos, jubilados sin obra social, y sin actualización de sus ingresos siquiera para seguir la inflación de los últimos tiempos.
Al noveno año de gestión, las cárceles con 300 reclusos donde caben 100, las pymes sin acceso al crédito y amenazadas con importaciones de todo tipo que le impiden el desarrollo propio, y una ley que pone reparos a los hipermercados aún no reglamentada, de modo que nuevamente los hiper siguen logrando más años de changüí, compitiendo con absoluta ventaja con los comerciantes locales que no tienen acceso a los financiamientos de estos trust… Y que, además, no logran hacerse de sus acreencias con el Estado porque este gobierno pateó los pagos para adelante incluso en el mismo momento en que recaudaba cifras que cuadruplican ingresos de años atrás…
Hay aspectos que tienen algún justificativo: el rapto de Fernanda Aguirre, la búsqueda infructuosa, y el presunto suicidio del principal sospechoso en una comisaría no hablan bien de los altos mandos, y menos la interna desatada en la fuerza de seguridad sobre cada decisión. Tampoco hablan bien el modo de controlar absolutamente todas las aristas del caso con abogados propios del poder político. Pero habrá que reconocer que algunas de estas cosas pueden ocurrirle a la mejor Policía.
Sin embargo, aquí se hace difícil, porque en su noveno año de gestión este gobernador puso la fuerza de seguridad bajo el mando de Sergio Urribarri, cuyos antecedentes bien pueden hallarse en las negativas de la cámara de diputados para darle el desafuero que permitiera esclarecer en tiempo y forma las cuentas pendientes que tenía con la justicia, y no por monedas; y en los aprietes denunciados por algunos testigos de sus andanzas.
Habrá que analizar también por qué luego de 9 años de gobierno existen tantas familias desamparadas, marginales, sin ninguna contención social, que en el extremo llegan a la prostitución, la droga, la delincuencia, el crimen, aún después de haber dado mil señales para que el estado actuara, como ocurrió con los Lencina. El empobrecimiento de Entre Ríos tiró para abajo casi todos los escalones, excepto los de arriba, y es un fiel reflejo del empobrecimiento de Concordia donde este gobernador no gobernó 9 años sino 21, y con una afluencia de fondos que otras ciudades envidiarían. Los resultados hablan solos.
Corrupción, bien gracias
Eliminar la Fiscalía de Investigaciones y poner al frente de una entidad con apariencias de oficina anticorrupción a la abogada propia, para acceder a todas y cada una de las carpetas presentadas en contra del propio gobernador, es una jugada maestra si va a acompañada del necesario silencio ciudadano, y aquí fue maestra. La comunidad es permeable mientras la corrupción no se note mucho y en forma directa en el bolsillo, y algunos poderosos sólo necesitan tiempo para abortar las causas, para estropear la acumulación de pruebas. (¿Por qué creía usted que el 80 % de los presos son pobres e indigentes?)
Si a eso se agrega que en el primer año de gobierno echó a todos los empleados (algunos con 20 años de servicio y fojas impecables), que habían osado investigar los actos de corrupción del poder político en Entre Ríos (hasta ayer nomás la Constitución lo impedía), bueno? verdaderamente no resulta difícil calificar a este noveno año.
A los proyectos no definidos en salud, educación, seguridad, ancianidad, justicia (o tal vez bien definidos), se suma una tendencia al control y vigilancia absoluta de los medios de comunicación masiva, con tanta brutalidad que ha logrado acallar muchas voces ayer bien dispuestas, que mentían democracia por todos los poros. Y se añade que en la mayor llaga viva de los entrerrianos llamada Santa Elena no se ha hecho más que avivar los dolores, con un proyecto bien claro de rematar los campos de la estancia El Quebracho al mejor postor y entregar la fábrica a uno de los empresarios más cuestionados del país, decisiones sólo demorados por ahora mediante la fuerza de voluntad portentosa de los obreros santaelenenses (en este punto nos sacamos el sombrero), encabezados por Luciano Espinoza.
Y se suma la falta de definiciones en torno a la empresa pública más importante de la provincia, Edeersa, en cuyo historial habrá que anotar la entrega del patrimonio a capitales estadounidenses y los condicionamientos que esto provocó en los entrerrianos que a esta altura sólo ven crecer las deudas de la empresa (este año, de 80 a más de 100 millones de dólares) y no saben a ciencia cierta quién terminará pagando esos papeles; allí se habla de una nueva privatización y un funcionario hasta llegó a elogiar a los mismos estadounidenses que endeudaron la firma a razón de 1 millón de dólares por mes, con bancos vecinos suyos, en el norte?
Y se suma también la ausencia de definiciones en torno al Banco de Entre Ríos, ¿también será reprivatizado? Puede ser, es cuestión de ideas y sería lógico en un gobierno que fue campeón de las privatizaciones y el aperturismo (los efectos saltan a la vista), pero bueno sería conocer los proyectos en torno al manejo de la actividad financiera, tan necesario en los países y las provincias dependientes.
Sí, no, ni, quién sabe
El hábito de decir mañana todo lo contrario de lo que sostenga hoy es una marca registrada de este gobernador, y eso garantiza impresivisibilidad. Uno nunca sabe. Si el gobernador anuncia tiempo bueno, mejor salir con paraguas. Si dice que va a renunciar a su banca, no le crea, ya está claro que no renunció. Si dice que va segundo en la lista de candidatos no le crea, porque ya está claro que se colocó primero. Si dice que va a dejar al Superior Tribunal con 5 miembros no le crea, ya designó a dos más. Si dice que no va a privatizar el juego, guarda con la caja. Si dice que no quiere hablar de reelección ¿debemos creerle?
Si el abogado dice que va a descontar los días no trabajados en una protesta, tampoco le crea, ni se moleste en discutirle porque todo es un circo y las palabras van y vienen en la medida que el público necesite más o menos entusiasmo, y pueden ser un ?sí?, un ?no?, un ?ni?, un ?no sé?, según el auditorio.
En este juego verdaderamente se ve un movimiento. Y tanto se va para atrás y para adelante repetidamente que todo resulta un manoseo. Que voy a eliminar la escuela intermedia, que no la elimino. Que voy a eliminar el enganche de los judiciales, que no lo elimino. Que voy a rematar El Quebracho, que no lo remato. Y con la mayoría de los medios masivos de mayor alcance a su favor, bien untados, todas las decisiones salen con salsa, todo es positivo. Que cerramos las carreras de la UADER, que no las cerramos. Que construimos la cárcel en tal lugar, que no la construimos. Que quitamos los controles a la venta de medicamentos, que no los quitamos. Que terminamos con los ñoquis en educación, que no terminamos nada. Que se van los funcionarios por ineficientes, que los conchavamos en un puesto mejor pago pero con menos responsabilidad. Un circo, a cuyo jefe sólo le falta el pompón colorado en la nariz.
Así, algunos padres de alumnos festejarán la decisión del gobierno de poner mano dura y descontar los días de paro, y los docentes festejarán ver su recibo de sueldo sin descuento. Si esto no es un circo?
¿Es el mismo?
Véase el circo funcionando en un tema tan delicado como el educativo: treinta años de abogado, 8 años gobernador, 8 años intendente, 4 años senador y diputado. Principal aliado de los hombres más poderosos del país: Domingo Cavallo, Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Carlos Ruckauf y Néstor Kirchner?
Frente al estado de descontento social con el funcionamiento de la justicia que encontró al ingresar en su tercer mandato, redobló la apuesta de sectores luchadores: mandó un proyecto a la Legislatura para establecer en algunos casos el sistema de juicio por Jurado Puro, y defendió el modelo anglosajón, con jurados integrados por ciudadanos legos, mayores de 21 años.
Excluyó expresamente a abogados, magistrados y funcionarios judiciales, escribanos, procuradores y empleados de los Poder Judicial de la Nación y las Provincias.
Grandes títulos, y a discutir se ha dicho.
En los casos de corrupción y otros delitos igualmente graves como la asociación ilícita, el homicidio agravado y robo, los secuestros, el enriquecimiento ilícito y el vaciado de empresas (es decir, varios delitos de los que se habían salvado muchos ?incluido uno en particular- gracias a la benevolencia de fiscales y jueces), allí intervendría un jurado con ciudadanos, exceptuando a abogados y esas cosas. Era su decisión. El gobernador se metía a los sectores denominados progresistas en el bolsillo, los dejaba mudos.
El vocal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Juan Carlos Ardoy, dijo entonces que desde el punto de vista constitucional no había ?ningún tipo de problema?, con la implementación del Juicio por Jurados, ya que ?está previsto en la Constitución Provincial de 1933?; y agregó: ?decir que la sociedad no está preparada, es menoscabar al pueblo en general?.
Pocas semanas después, cuando la discusión se había diluido, cuando no hacía falta ninguna alharaca porque el asunto no estaba en el tapete, y no había nada que perder o ganar porque había otros asuntos en discusión (a esta altura, ¡la Constitución!), el gobernador entendió que no era hora de apostar ni competir, y cambió: ?Yo estoy de acuerdo conque la comunidad participe pero bajo un sistema mixto como el escandinavo (gente común y jueces) porque si los tribunales están integrados sólo por ciudadanos, los prejuicios de la sociedad se pueden manifestar en sus decisiones?.
¡¡¿¿Y?!! El mismo gobernador, pero frente a necesidades distintas según el humor de la opinión pública. Opinión pública bien vigilada por el manejo de los medios desde el poder. Este es el hábito, esta es la actitud.
Así es el gobernador. Así fue. Pero no será así necesariamente para siempre. ¿O sí?
Los vaivenes, el acomodamiento a las circunstancias, el pragmatismo en fin, signan la trayectoria de este abogado concordiense. Al final, ¿anglosajón o escandinavo? Ah, todo depende.
Todo depende: si hoy conviene Carlos Menem, ser el primer menemista, el que primero y más privatice. Si mañana conviene Néstor Kirchner, el primer kirchnerista, el que promueva la reelección de Kirchner antes que nadie, como ya había promovido la de Menem. Si las críticas vienen duras, ceder con el Consejo de la Magistratura pero colar los jueces principales sin Consejo de la Magistratura, y si las críticas se pueden silenciar un poco, colar también una lista de conjueces amigos de entraña.
Las decisiones de esta tercera gestión son tan firmes como ésta: después de haber recibido fuertes cuestionamientos a sus proyectos con Santa Elena, retrocedió, avanzó, volvió a retroceder y finalmente le sacó el cuerpo y dejó que el Congreso Nacional resolviera, pero ante una arremetida tasellista de su amigo y aliado Domingo Rossi, el abogado concordiense se expresó de esta suerte: ?El gobierno de Entre Ríos creyó oportuno apoyar una iniciativa que se evaluó como provechosa para la comunidad de Santa Elena pero en vistas de que el intendente, concejales y algunos empresarios opinan lo contrario, voy a interesar a los diputados para que nos retiremos de esa discusión?. ¡Convicción, que se llama!
El ayer clausurado
Enumerar los pecados de hoy resulta largo y tedioso. Probablemente ya esté en los 150 pedidos de informes de los legisladores, sin respuesta; de los 5 que respondió, en todos los casos se necesitaba un nuevo pedido de informes porque no aclaraba lo central.
Pero el pasado reciente también es central en este análisis, salvo para quienes crean que sobre la impunidad se puede construir algo. En ese pasado reciente, alguna responsabilidad tiene este abogado en impulsar como nadie el proceso de desindustrialización y desocupación sin precedentes, con las consabidas privatizaciones que terminaron en desastre y que acabaron con el 90 % de los empleos en los sectores vendidos al extranjero; en haber entrado como nadie en el juego de los ATN, en haber creado el marco para la mayor concentración de riquezas jamás vista en el campo, el transporte, el comercio, la banca.
El gobernador todavía no ha dado explicaciones sobre su rol en los años de mayor sufrimiento de los entrerrianos en tiempos ?democráticos?, cuando por algún motivo se cortó el crédito y los bancos se cobraban directamente de la coparticipación.
Ya en postrimerías de 2002, se recuerda bien la frase del entonces senador (hoy gobernador): ?Es hora que el gobierno provincial apele a la inteligencia que se necesita en estos casos y sepa aprovechar este regalo que le cayó del cielo gracias a las negociaciones de la multisectorial?.
La provincia tenía acreencias por 500 millones de pesos con la Nación, y sólo por Salto Grande le estaban debiendo 50 millones, en números redondos. El gobierno gestionaba un crédito por 228 millones para salir del atolladero y por algún motivo aún no revelado, no había una gota para aliviar nada. Entonces la Multisectorial viajó por 500 millones, se volvió con la idea de 100, y acordó por 17 para luego no recibir nada.
Veamos lo que decía el entonces senador Marcelo Cassaretto: ?Montiel firmó un convenio donde consigue un crédito por $228 millones. Este Convenio fue rechazado por nuestro bloque fundamentalmente por el anexo II con las medidas de recorte salariales y jubilatorios. Pero ahora Jorge Busti consigue un crédito de menos del 10% y quiere aparecer como el salvador de la Provincia. Busti primero dijo que no había que devolver los $17 millones, después que sí, demostrando un profundo desconocimiento de la situación, y una desesperación para capitalizar políticamente los supuestos resultados positivos de la gestión. Es importante que los entrerrianos conozcan que ni con el convenio de Julio firmado por Montiel, ni con los regalos de Navidad de Busti, se normalizan los salarios; no se sanea la Caja de Conversión, y no se pueden rescatar los Bonos Federales?.
Felizmente, en 2004 la Nación está devolviendo dinero que retuvo en 2002 para la región de Salto Grande; unos 50 millones que quitaba a la provincia, y que luego entregaba por bajo cuerda con cuentagotas a través de algún legislador adicto (se imagina quién) en Concordia, como si fuera un favor? Lo que se llama jugar con el hambre del pueblo.
¿Por qué es importante esto? Porque en su noveno año de gestión, hablar de sus responsabilidades en la debacle entrerriana, y explicar sus cuentas pendientes con la justicia, podría haber sumado un poroto.
El diputado nacional Miguel Bonasso dijo que el gobernador de Entre Ríos ?está más cerca del Código Penal que de la política?, y cuánto se equivocó. Bonasso, que tanto conoce, poco sabe de la ?justicia? entrerriana.
No hay espacio para señalar las miserias del oficialismo en Conscripto Bernardi, el manejo ligero de fondos que permitirá el nuevo presupuesto no participativo, la alimentación de chicos con 70 centavos diarios, la política clientelar no desmantelada sino estimulada, el 50 % de la población bajo la línea de pobreza, la inexistencia de planes elementales de colonización, la genuflexión de esta gestión, en su noveno año, frente al avance del poder centralista, unitario, que abre el grifo según la cara del cliente; y tampoco para explicar por qué los entrerrianos no merecían, en este noveno año de gestión, a la dupla Urribarri – Turriani en educación.
Como se verá, en los próximos 3 años queda algún esfuerzo para hacer, si esta gestión pretende remontar el cero.