Germano, de 18 años, era un activo militante estudiantil que había presidido del Centro de Estudiantes del Colegio Lasalle de esta capital, y finalizado el ciclo secundario viajó a Rosario, donde se instaló para cursar estudios universitarios.
Merced al relato de una sobreviviente del centro clandestino de detención que funcionó en el Servicio de Informaciones de la Policía rosarina, los familiares de Germano supieron que el joven había estado detenido en ese centro de torturas, cuyo personal terminó asesinándolo, simulando un atentado en bulevar Argentino y Colombres, en pleno corazón del barrio Fisherton de esa ciudad santafesina.
A las primeras afirmaciones los Germano sumaron dichos de testigos del barrio donde ocurrió la muerte, quienes les confirmaron que el 26 de diciembre integrantes de fuerzas de seguridad llevaron hasta ese lugar en un auto a una pareja de jóvenes muy golpeados, y que en una vivienda de la zona fraguaron un atentado fallido que terminó con la vida de ambas personas. Uno de los testigos llegó a asegurar que quien comandaba el grupo que cometió el asesinato era el represor Agustín Feced.
Guillermo Antonio Germano (que actualmente se desempeña como coordinador del Registro Unico de la Verdad de la Provincia de Entre Ríos) y su madre, María del Carmen Salvay, se presentaron como querellantes en el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario, patrocinados por las abogadas de la agrupación HIJOS, Nadia Schujman y Ana Oberlín, y solicitaron una serie de medidas, como por ejemplo la citación a prestar declaración testimonial de personas que tienen conocimiento sobre los hechos y la indagatoria de quienes resulten autores, cómplices o partícipes necesarios.