Henquin dijo que “lamentablemente la legislación que regía al momento que se hizo permitía la colocación del horno pirolítico. Acá está todo para hacerlo andar, pero hay una resolución que dice que 2.000 metros alrededor no puede haber gente”. Luego añadió que “la legislación nacional también, hemos averiguado que en Bs. As. tampoco se puede”.
Las autoridades del Masvernat trabajan actualmente con la CTM, “particularmente con el señor Harispe” dijo Henquin, “y con el señor Goldfarb de Bomberos Voluntarios para ver si podemos instalarlo en algún terreno fiscal” añadió. El terreno fiscal debe pertenecer a la provincia. Henquin explicó que “es decir que tendremos que trasladar el horno pirolítico, hacer una estructura para ponerlo y hacerlo funcionar ahí entre los tres; nosotros, Bomberos Voluntarios y CTM”
El titular del Masvernat señaló que el problema reside en que “si usted tiene un trozo de una víscera por una operación se puede quemar pero los plásticos que se queman producen dos sustancias que son tóxicas para el organismo que son las dioxinas y los furanos. Eso es lo que desprenden los plásticos”.En los hospitales, explica el director, se utilizan muchos elementos de plástico.
“Es todo un trastorno. Hay que trasladar, hay que hacer una estructura, pero se necesita. El Hospital Felipe Heras está pagando alrededor de $ 10.000 mensuales a una empresa privada para que haga esto. Es mucha plata. Acá también pagamos. Si se lograse esto podríamos quemar no sólo lo de los hospitales sino también lo de la parte privada, pero deberían pagar un arancel”concluyó.
Según un informe realizado por la “Alianza Global Anti Incineración”, las dioxinas son el contaminante más conocido asociado a los incineradores. “Causan una gran variedad de problemas en la salud, incluyendo cáncer, daños al sistema inmunológico, y problemas reproductivos y en el desarrollo. Las dioxinas se biomagnifican, lo que significa que pasan a través de la cadena alimentaria desde la presa al predador, concentrándose en los productos a base de carne y lácteos y, finalmente, en los humanos. Las dioxinas son de particular interés porque están por todas partes presentes en el medio ambiente (y en los humanos) a niveles que han demostrado causar problemas en la salud, lo que implica que la población entera está sufriendo sus efectos ahora. En todo el mundo, los incineradores son la fuente primaria de dioxinas” dice el documento.