«Estamos acostumbrados a las amenazas de parte de este gobierno», señala Alejandro Bernasconi, secretario general de Agmer local. «Cada vez que realizamos una medida de fuerza, tenemos asumida la posterior embestida del gobierno», explicó a El Miércoles en una de las notas de la edición 143 de este quincenario uruguayense.
«No tenemos dudas de que el gobierno de Busti ha gastado, por lo menos, 100.000 pesos en esta campaña de desprestigio», asegura. Pero a la vez evalúa que la embestida de la gestión provincial «ha fracasado rotundamente entre los docentes, porque estas operaciones políticas generan más bronca entre los maestros y mayores niveles de adhesión a las medidas de fuerza». De todas maneras reconocen que el embate está generando confusión en la comunidad. «Esa lucha es parte de nuestra disputa cotidiana», reflexionó el dirigente.
El monopolio informativo
«Al monopolio del gobierno en el control de la información, tenemos que combatirlo a través del boca a boca en las escuelas», señala uno de los comunicados de la entidad gremial. Y Bernasconi no trepida en marcar la connivencia de buena parte de los medios de comunicación de la provincia en este ataque para desacreditar el reclamo. Sin pelos en la lengua, Bernasconi dijo que «es evidente la pretensión monopólica en el manejo de la información por parte del gobierno, pero más complejo resulta el monopolio en los mecanismos de circulación de la información», advierte. «Existe una estructura extendida que incluye punteros, cuadros, cuadritos, organizaciones intermedias que instalan rumores que circulan por lo bajo, y no necesariamente por la información que se publica en los medios. Y así instalan percepciones que por lo general apuntan a desacreditar a la dirigencia de las entidades sindicales».
«Los medios responden a un pensamiento de clase»
Bernasconi señala que «en los medios de comunicación existe una lógica de clase que hace sigan pensando en una escuela pública para la clase media, una lógica burguesa que no necesariamente tiene que ver con la dependencia de un determinado sector político, sino que responde a un pensamiento de clase. Es evidente que el discurso neoliberal se ha caído, y por tanto también ha mermado este discurso en los medios, pero seguimos notando un fuerte sesgo antiobrero, antisindical».