Llama la atención tanto cambio de criterio en el seno del Gobierno y la poca seriedad con la que encara el proceso de designación de Jueces.
El sitio digital diario junio denunció días pasados una demora en la entrega de los resultados de los exámenes de los postulantes a los cargos de Camaristas de la Sala Penal de la ciudad de Concordia.
Justamente se dejaba en el medio del “plazo reglamentario” que se tomó el jurado a la hoy sorpresivamente fracasada audiencia pública de la causa Yedro, (en la que se investiga el enriquecimiento ilícito de Mario Yedro, ex – Senador Justicialista).
Tal circunstancia causó extrañeza al mismísimo miembro del Consejo de la Magistratura, Dr. Manuel Gallegos, y mil suspicacias que pulularon en los pasillos tribunalicios.
Fue por eso que presurosamente salió una voz oficial (Canepa, Secretario del Consejo de la Magistratura y segundo de José Halle) a resaltar las virtudes del jurado encargado de evaluar técnicamente a los postulantes, entre los que se encontraba el Juez de Cámara Felipe Celli. Saliendo al cruce de la información periodística, Canepa habló de trayectoria, idoneidad, prestigio y honestidad, por solo citar algunos de los mencionados atributos que atesoran, entre otros, el integrante de ese jurado, Felipe Celli.
Luego, el propio gobernador, en abierta contradicción con aquella acérrima defensa, formulada por uno de sus funcionarios y ante una fuerte crítica esbozada por Celli en relación a la propuesta de designación de dos vocales para ocupar cargos en el seno del STJER ( Leonor Pañeda y Susana Medina de Rizzo, a quienes achacó veladamente falta de prestigio, idoneidad y trayectoria) dijo que “no podía hablar ni de trayectoria, ni de prestigio, ni de idoneidad y que si “pasaba por el Consejo de la Magistratura, salía último”. Provoca estupor esta última afirmación de Busti debido a que se trata de una de las personas que corrige los exámenes de los Jueces que juzgarán las conductas de los concordienses y que evidentemente influirá en la designación de, nada mas ni nada menos, de los tres Camaristas de Concordia.
¿Busti no sabe que Celli ya “pasó por el Consejo de la Magistratura”, pero no como “aspirante” sino como jurado? ¿Que garantías de transparencia, de seriedad y de justicia pueden tener los ciudadanos y los aspirantes a ocupar cargos de Jueces, si el propio Gobernador de la provincia reconoce que uno de los jurados no tiene idoneidad, ni trayectoria ni prestigio?.
Por estos días y a pesar de las rimbombantes declaraciones, la realidad es contundente: es inocultable que los exámenes siguen sin corregir, que a la causa Yedro la patearon para adelante, ( después de la denuncia de junio ) y que Busti muestra una férrea voluntad desenfrenada de continuar con las polémicas designaciones, que ya se granjearon el rechazo público del Colegio de Abogados de Entre Ríos.
Puede comportarse de esa manera, utilizando un único argumento tan cierto como pobre: que el Senado “ le responde” políticamente.
Tanta marcha y contra marcha son cómicas y trágicas al mismo tiempo.
El maquillaje con el cual el Gobernador pretendió disfrazar a la justicia comienza a “correrse”. Deja al descubierto más de lo mismo. La independencia que para el Poder Judicial reclamó un entusiasta presidente Kichner en su discurso de Corrientes, para los entrerrianos sigue siendo una ilusión, un sueño lejano. Los hechos hablan por si solos. Sin una justicia independiente la inseguridad crece a sus anchas.
