«Quiero que me la devuelvan. Es la compañía de cada día, y la necesito mucho», aseguró la madre de Fernanda, durante la movilización que comenzó en la plaza central, pasó frente a la comisaría local y finalizó en la casa de la menor desaparecida. De la marcha participaron las denominadas «Madres del Dolor», cuyos hijos fueron víctimas fatales de distintos hechos violentos, en buena parte casos de «gatillo fácil».
A las 10 de la mañana hubo un acto frente a la Iglesia de San Benito, organizado por los compañeritos y profesores de Fernanda, donde se leyeron varias cartas a la opinión pública, exigiendo justicia y el pronto esclarecimiento del hecho. Se encontraban los padres de la pequeña de 13 años y, entre otros, Walter Carballo, a cargo del Centro de Atención a la Víctima, dependiente de la Secretaría de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos.
Una de las madres que llegara esta madrugada desde Capital Federal, leyó una misiva que hicieron los propios alumnos de San Benito, donde le expresaban su dolor por lo que también les había ocurrido. Luego, una maestra de Fernanda cantó la canción Honrar la vida, de Eladia Blázquez, que fue acompañado por los chicos y luego se hizo una suelta de globos al cielo con mensajes de los chicos, para que “Fernanda los reciba en su corazón”. Cerca de las 10.30 comenzó a celebrarse la misa en la Iglesia, oficiada por el cura párroco Blas Corbalán, quien en el sermón señaló, entre otros conceptos, que “no solamente nos conformamos con rezar, sino que también haremos marchas, para seguir reclamando justicia por Fernanda”.
La movilización, en primer lugar, pasó por el cementerio de San Benito, lugar donde fueron nombrados todos los jóvenes fallecidos, tras lo cual los peregrinos gritaban «¡Presente!». Después, la movilización siguió camino hacia la casa de los padres de Fernanda, para realizar allí un abrazo simbólico entre todos los presentes.
«Queremos acompañar a María Inés y estamos muy contentos de poder estar con ella», aseguró Yaconis, quien explicó que ante estos hechos, «la única alternativa es rezar». La madre de Lucila explicó que «con la mamá de Fernanda hizo contacto una mamá del grupo, porque nos une a todas una misma historia y nuestra misión, además de seguir pidiendo justicia, es acompañar a los familiares de las víctimas». Para argumentar su decisión de viajar a San Benito, Yaconis recordó el asesinato de Lucila, explicando que su «chiquita» volvía de la escuela, pasó por la casa de su abuela y «un violador la atacó y le quitó la vida».