En la provincia se declarará la emergencia agropecuaria para el citrus

Una vez cumplimentado este trámite, la norma será girada a la Comisión Nacional de Emergencia, que depende de los ministerios de Economía y del Interior de la Nación. De acuerdo a los datos estadísticos de la Federación, las heladas registradas en julio estuvieron entre las más fuertes de los últimos 40 años, lo que afectó “enormemente” a las plantaciones cítricas de la Región de Salto Grande.

Ciento de miles de naranjas están tiradas al pie de las plantaciones. Si bien con el frío los cítricos maduran, las excesivas heladas provocan que las frutas se quemen y caigan antes de su maduración en plantas. Es así, que los productores nucleados en la Fecier, solicitaron al Gobierno entrerriano la “urgente” declaración de emergencia agropecuaria.

Entre los fundamentos de la petición, la Fecier esgrimió “las graves pérdidas sufridas en la producción de la presente temporada y la fuerte afectación de la floración de las producciones futuras”.

El fenómeno climático, según los registros de la Estación Experimental del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Concordia, en julio se registraron “las heladas más fuertes” de los últimos 40 años. Las temperaturas registradas estuvieron en los – 4,3º centígrados.

En el estudio, el INTA controló los registros horarios del termógrafo ubicado en casilla, en la que se determinó que la helada más fuerte se produjo en la madrugada del 11 de julio, con una temperatura de – 4,3º centígrados.

Según el ingeniero Sergio Garrán, profesional del INTA Concordia, “este piso térmico se ubica entre las cuatro temperaturas mínimas más bajas desde 1967, año en que comenzaron a realizarse las mediciones en la estación experimental”.

Sin embargo, el dato más relevante para dimensionar la afectación a las plantaciones cítricas es la extensión que tuvieron los períodos de tiempo con temperaturas bajo cero. “A la intemperie y en superficie, hubo 12 horas y 20 minutos —entre las 21.40 del sábado 10 de julio y las 10 del domingo 11— con temperaturas iguales o inferiores a cero, mientras que a la intemperie y a 1,50 metros de altura, el lapso de tiempo bajo el punto de congelamiento fue de 10 horas y 45 minutos —desde las 22.45 del sábado 10 a las 9.30 del domingo 11 de julio”, precisó Garrán.

Aunque con una intensidad algo menor, también se registraron heladas “entre la noche del jueves 8 y la mañana del viernes 9, y en las madrugadas del lunes 12, el sábado 17 y el domingo 18 de julio”, enumeró el especialista del INTA.

Desde el punto de vista de los productores, el vicepresidente de la Asociación de Citricultores de Chajarí, Bernardino Roque Panozzo, confesó que “la helada del sábado 10 de julio fue la más grande que yo recuerde de los últimos 40 años”, y aseguró que en su zona “las plantaciones se vieron afectadas en un 100 por ciento”.

En ese sentido, Panozzo solicitó “al gobierno que decida la rápida declaración de la emergencia agropecuaria, porque las heladas no sólo acabaron con la fruta, sino que también afectaron sensiblemente a las plantas, a las cuales para poder recuperarlas se les tiene que aplicar un tratamiento por demás costoso”.

Ante la situación planteada por los productores, un equipo de técnicos de la Secretaría de la Producción estuvo el jueves y viernes recorriendo la zona afectada. “Inspeccionaron las quintas y juntaron los antecedentes, ya que con esos datos se elevará el decreto a la Nación para que se declare la emergencia agropecuaria en la zona”.

En lo que respecta a la provincia, el decreto de emergencia implicará prórroga para el pago del impuesto inmobiliario. Sin embargo, a nivel nacional, el que más interesa a los productores, lograrán prórrogas a los vencimientos de todos los impuestos y hasta de los créditos con el Banco Nación.

“Estamos elevando el decreto la semana que viene a la Comisión de Emergencia Agropecuaria de la Nación y serán los ministerios de Economía y del Interior los que deberán declarar la emergencia”, indicó Welschen a El Diario. Las pérdidas son significativas y muchos productores temen que los negocios, ya establecidos con los mercados internacionales, puedan verse afectados.

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