Como aquel 20 de diciembre de 2001 cuando mataron a Romina, Eloísa y José Daniel, y no casualmente al cumplirse un nuevo aniversario de los sucesos que se cobraron la vida de Kostecki y Santillán, ahora asesinaron al militante de la Federación de Tierra y Vivienda de la CTA, el compañero Martín “El Osos” Cisneros.
Como la muerte del compañero Cisneros también se pueden enumerar otras, demasiadas muertes, que en su mayoría tienen un componente de elementos corruptos de las fuerzas de seguridad ligadas con responsables del poder político y en particular con el poder económico oligárquico y proimperialista. Los mineros muertos en Río Turbio también son víctimas del mismo esquema.
La muerte del compañero Cisneros es evidente que se trata de un mensaje mafioso en el marco de una ofensiva de quienes temen que las clases populares avancen. Quienes tienen privilegios no aceptan que se los toquen. Unos pretenden comparar a los piqueteros con los grupos mafiosos que se cobran sus cuentas a tiros. Otros piden al Estado que reacciones “por los actos vandálicos y el avasallamiento a la propiedad privada” reprimiendo las demandas populares. Ambos mensajes confluyen con lo expresado por el Subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de Estados Unidos, Roger Noriega. Se olvidan que los piqueteros no tienen hoy un trabajo con el que sobrevivir y tampoco otro modo de reclamo para hacerse oír; existiendo derechos constitucionales que no se cumplen y que son para todos los argentinos: trabajo, salud, educación, vivienda digna, jubilación y demás derechos sociales. Quieren desconocer el legítimo derecho a demandar a las autoridades.
La provocación de estos sectores pretende instaurar un clima de violencia para impedir la organización popular de los que legítimamente luchan.
Se debe ser producente, pero esto no nos debe paralizar; debemos revisar las tácticas para no caer en provocaciones, pero todos sabemos que la solución es la justa redistribución de la riqueza, la generación de trabajo, la reactivación del mercado interno.
No es el camino reprimir la protesta social y menos con policía de gatillo fácil. Tampoco la criminalización de la protesta. Por ello también exigimos el desprocesamiento de los luchadores sociales y el desmantelamiento del aparato jurídico y represivo que continúa interviniendo en conflictos gremiales y sociales. En la provincia, fue un avance el decreto que dejó sin efecto los procesos administrativos de los luchadores populares, pero estas medidas no se reflejaron en la misma dirección en el conflicto local de los canillitas, cuando la policía actuó haciéndole el juego a las patronales.
Somos conscientes que hay tensión, esto es inevitable cuando hay 14 millones de argentinos con problemas de desocupación y subocupación, y más del 60% con ingresos por debajo de la línea de pobreza.
No se pueden hacer procesos a medias: los avances dados en materia de derechos humanos, los descabezamientos de la cúpula militar y de la Corte Suprema, la transformación de la ESMA en un Museo de la Memoria, deben tener su correlato en la resolución de las necesidades económicas de nuestro pueblo: por una justa distribución de la riqueza, generación de empleo, salarios dignos y proyectos concretos para terminar de manera urgente con el hambre y las enfermedades propias de la pobreza y miseria generalizadas. Esto en el marco de la investigación a fondo de la deuda externa y sin pagar lo fraudulento e ilegítimo, en la hermandad latinoamericana y con los países oprimidos del tercer mundo y con independencia de las potencias imperialistas. Evitando las relaciones de dependencia y sumisión, como plantea el ALCA. Reafirmando la soberanía, la autodeterminación de los pueblos, la no injerencia en sus asuntos internos, en este sentido rechazamos el envío de las tropas a Haití.
Aquellos que se escandalizan por un vidrio o una puerta rota, fueron los mismos que promovieron el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y bancaron la tortura, la represión indiscriminada y los 30.000 desaparecidos. Aquellos que vociferan que los piqueteros atentan contra su derecho del libro tránsito, se olvidan que primero está el derecho a comer, educarse y vivir dignamente. Y los medios de comunicación serviles que están a la orden de la derecha en su ofensiva, avivan y se sirven de la violencia para recortar y confundir la opinión pública en función del objetivo de sus patrones. Recurren a la fantochada indiscriminada, endemoniando a los más castigados de este país.
Como lo ha expresado el SERPAJ “la paz es un bien al cual nos acercamos si hay justicia”.
No es tiempo de mezquindad ni de hipocresía. Es hora de definiciones y reagrupamientos, donde los integrantes de los sectores patrióticos y populares debemos ocupar nuestro puesto en la trinchera del pueblo, ante la de los oligarcas, traidores y cipayos. Es hora de confluir en la más amplia unidad popular para definir el rumbo de una patria con soberanía, democracia y justicia social.
CTA – CCC – AGMER – AJER – ATE – AMMAR – APYME – CEPA – FELCA – Liga Argentina por los Derechos Humanos – PC – JFC – Frente para el Cambio