El titular de la Federación del Citrus, en un intento de calmar los ánimos, apuntó que se intentaría realizar una reunión entre sindicato, productores y funcionarios para buscar una salida duradera. Pero eso no alcanzó y los productores se movilizaron hasta un restaurante, donde increparon a Pucheta y los inspectores allí presentes. Asimismo, manos anónimas causaron destrozos en los vehículos de Trabajo allí estacionados.
Tras ellos clamaron por la presencia del intendente Juan García y lo acusaron que las inspecciones se debían a declaraciones suyas vertidas oportunamente a la prensa, en las que el intendente indicaba que muchos productores eran los responsables de la instalación de villas miserias en Chajarí.
En la mañana del miércoles se alcanzó un acuerdo. Las inspecciones no se detendrán, pero habrá veedores y, por otra parte, se tratará de instrumentar algo similar a la libreta del fondo de desempleo que se usa en la construcción.
Lo cierto es que las inspecciones se extenderán hasta fines de junio.
Pucheta afirmó que desde Paraná se le informó que en Chajarí y su zona la evasión alcanza al 80 por ciento y aseguró que entre los empleados inspeccionados más del 50 por ciento están en negro.
