Celeste contó a El Miércoles que «León dijo que esta canción es del pueblo, de la gente, y que le parecía importante que le llegase a todos aquellos que tuvieron un vínculo con Claudio, cómo también a quienes sin conocerlo han colaborado, trabajado, luchado para que su causa y su sangre derramada no sea en vano: amigos, compañeros, docentes, no-docentes, periodistas y toda la gente que lucha y aporta desde su lugar para la construcción de ese hormiguero grande, con el que Claudio (Pocho) soñaba, ese mundo donde quepan todos los mundos».
A continuación va un fragmento de la letra de «El Angel de la Bicicleta», de León Gieco.
EL ANGEL DE LA BICICLETA
Cambiamos buenas por malas
y al ángel de la bicicleta lo hicimos de lata.
Felicidad por llanto.
Ni la vida ni la muerte se rinden
con cunas y cruces.
Voy a cubrir tu lucha más que con flores.
Voy a cuidar tu bondad más que con plegarias.
BAJEN LAS ARMAS!!
QUE AQUÍ SOLO HAY PIBES COMIENDO.
EL ANUNCIO DE LEÓN
Era febrero, en Colón y la conferencia de prensa recién se concretó cerca de las 4 de la mañana, después de la actuación de GIeco. A esa hora nuestro compañero Valentín Bisogni aún tenía energía para asediar al artista popular más coherente de la Argentina. Después de un par de preguntas, le presentó a Celeste Lepratti, hermana de Pocho Lepratti, asesinado en la ciudad de Rosario durante los hechos de diciembre de 2001. Entonces se produjo este diálogo:
Celeste: –León, te quería regalar esta remera…
León: –Ah, sí… Muchas gracias, aunque ya tengo una. Es más, estoy queriendo hacer una canción para Pocho…
Celeste: –La estamos esperando
León: –Es una cosa que me conmovió mucho y siempre que estamos en Rosario pedimos justicia por Pocho…
Tres meses después, León volvió a cumplir con su palabra.