“Necesitamos lluvias importante para tener caudal, pero eso no está programado para los próximos 15 días”, precisó Berterame en una clara manifestación de la magnitud del problema.
Ante la posibilidad que las lluvias caigan en el sur de Brasil, el funcionario apuntó que si eso sucede la situación iría mejorando paulatinamente, “porque también las represas brasileñas están con falta de agua, así que sin duda que primero llenarán sus embalses y nosotros, después de eso, iremos recibiendo los caudales que ellos vayan evacuando”.
“Hoy por hoy, la información que manejamos desde el servicio de Salto Grande es que en los próximos 15 días no habrá lluvias importantes, así que el problema no desaparecerá de manera inmediata”, apuntó.
Berterame dijo que las consecuencias de la sequía que se extiende en el paso de los días son que “estamos evacuando solamente 600 metros cúbicos de agua por segundo y eso es el producido para una sola máquina, más allá que a veces funcionen las 14 turbinas, pero la potencia lograda que es lo que interesa, es la correspondiente a una sola”.
El delegado precisó que “mantuvimos una reunión de emergencia porque vemos que el caudal sigue bajando y que no hay posibilidades de lluvias inmediatas”, agregando que “vemos también que las tomas de agua de la ciudad de Concordia y Salto que están en el río Uruguay, están al límite con la evacuación que en la represa se puede hacer y, de bajar ese caudal a los 400 metros cúbicos de agua por segundo, habría inconvenientes, lo que es una preocupación importante”.
Para evitar que estas ciudades queden sin la posibilidad de tomar agua para el servicio comunitario, Berterame dijo que está previsto, en caso que el caudal siga bajando, “dejar de producir energía y abrir los mecanismos para que pasen directamente esos 400 metros cúbicos y puedan ser utilizados para el servicio de agua potable”.