El comandante Pedro Kanneman, a cargo del Escuadrón 4 de Gendarmería “Concordia” reconoció el operativo, pero se excusó, ya que la fuerza a su cargo no había sido informada del traslado ni que se utilizaría un remis como vehículo.
Según explicó el oficial, en horas de la noche “el vehículo traspuso a gran velocidad el control (de ruta) y no acató las ordenes para que detengan”.
Luego de eso se inició una persecución y a los tres kilómetros aproximadamente los gendarmes hicieron detener el remis.
Según el testimonio que habría brindado el chofer del automóvil, los efectivos federales los habrían maltratado antes de poder explicar la situación.
Kanneman intentó suavizar el hecho, considerando que “yo no diría mal trato, son las circunstancias que se dan en horas de la noche, en la oscuridad, con un vehículo a gran velocidad, que necesita de una respuesta pronta y profesional del personal de gendarmería”, pero reconoció que “para una persona civil puede resultar algo poco ortodoxo y lo tomen como un mal trato”.
Remarcando que los efectivos no estaba al tanto del traslado, destacó que fue “una situación donde se podía pensar cualquier cosa y no que se esta deteniendo un auto utilizado para trasladar órganos”.
Por último, reclamó que “en hechos de esta naturaleza no se puede dejar sin participación a instituciones como la nuestra, la cual tiene controles en varios puntos de la ruta. Por lo menos debería darse la voz de alerta”, evaluó