14 de Mayo de 1995: Cuando todos fuimos Salto Grande
Este 14 de mayo se cumplen 26 años del plebiscito de 1995, el primero luego de la reforma constitucional de 1994, en el que la ciudadanía de la región se expresó en las urnas, a la par de las elecciones generales y luego de una demostración de unidad y movilización social inusitada, en contra de la privatización de la represa hidroeléctrica de Salto Grande. El 90 por ciento expresó su NO rotundo. El gobierno presidido por Carlos Saúl Menem, que obtuvo su reelección con el 50 por ciento de los votos en esa misma fecha, y había adoptado la impronta neoliberal que guiaba al continente, confesada con un inmortalizado fallido de su ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi: «Nada de lo que deba ser estatal quedará en manos del Estado”. Así fue como la ola privatizadora empezó a deshacerse de todo patrimonio público, hasta que chocó contra una “represa” de multitudes de distintos colores, credos y nacionalidades, que se unieron por un objetivo común: Evitar la venta de Salto Grande. Militancia, reuniones, asambleas,marchas, actos, una gestión sindical organizada y un pueblo empoderado lograron una consulta popular no vinculante, cambiándole el rumbo a un destino de venta que parecía inevitable.
Esta es la historia contada por algunos de sus protagonistas.
14 de Mayo de 1995: Cuando todos fuimos Salto Grande
Hoy, a 28 años del plesbicito para evitar la privatizición de la hidroeléctrica Salto Grande, DIARIOJUNIO recupera de su archivo el informe realizado en 2021 sobre este hecho que marcó un hito en la historia de la región.
«Este 14 de mayo se cumplen 26 años del plebiscito de 1995, el primero luego de la reforma constitucional de 1994, en el que la ciudadanía de la región se expresó en las urnas, a la par de las elecciones generales y luego de una demostración de unidad y movilización social inusitada, en contra de la privatización de la represa hidroeléctrica de Salto Grande. El 90 por ciento expresó su NO rotundo. El gobierno presidido por Carlos Saúl Menem, que obtuvo su reelección con el 50 por ciento de los votos en esa misma fecha, y había adoptado la impronta neoliberal que guiaba al continente, confesada con un inmortalizado fallido de su ministro de Obras y Servicios Públicos, Roberto Dromi: «Nada de lo que deba ser estatal quedará en manos del Estado”. Así fue como la ola privatizadora empezó a deshacerse de todo patrimonio público, hasta que chocó contra una “represa” de multitudes de distintos colores, credos y nacionalidades, que se unieron por un objetivo común: Evitar la venta de Salto Grande. Militancia, reuniones, asambleas,marchas, actos, una gestión sindical organizada y un pueblo empoderado lograron una consulta popular no vinculante, cambiándole el rumbo a un destino de venta que parecía inevitable. Esta es la historia contada por algunos de sus protagonistas».
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